Integrantes de la Caravana de Madres de Migrantes Centroamericanos de El Salvador, Honduras, Nicaragua y México se reunieron con trabajadoras sexuales de La Merced, en busca de sus hijas desaparecidas.

En las instalaciones de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, colocaron en el piso fotografías de sus familiares para preguntar su paradero. Jaime Montejo, coordinador de esa asociación, indicó que hay en promedio 800 mil mujeres que se dedican al trabajo sexual a escala nacional. Se estima que 200 mil son menores de 18 años.

Tan sólo en Tapachula, Chiapas, hay alrededor de 3 mil personas que ejercen el oficio, de las cuales entre 500 y 600 son centroamericanas; sin embargo, la cifra puede variar, porque se desplazan de un lugar a otro. En el Distrito Federal no hay gran porcentaje de mujeres migrantes. Las chicas reportan no más de 20 casos en las pasadas dos décadas.

Agregó que hace falta un registro nacional de trabajadoras sexuales que ayudaría a localizar a migrantes que perdieron contacto con sus padres. Desde hace un año propusimos el tema, pero no se ha logrado, ya que algunos dueños de hoteles y los tratantes se oponen. Agregó que estos acercamientos son positivos, ya que el año pasado encontraron en Chiapas a dos centroamericanas.

Antes del mediodía, alrededor de 40 mujeres que participan en la caravana recorrieron el Centro Histórico de la ciudad de México. Durante el trayecto gritaron consignas mientras cargaban las fotografías de las migrantes que buscan.

Algunas madres expresaron que esta acción la llevan a cabo ante la negativa de las autoridades a buscar a sus padres, esposos, hermanos e hijos, quienes desaparecieron al transitar por el país rumbo a Estados Unidos.

Ventura Saldívar, de Puerto Cortés, Honduras, lleva casi dos años buscando a su hijo Samuel Cardona Saldívar. “Desapareció en Caborca, Sonora. No sé nada. Ninguna autoridad mexicana nos apoya. Por eso exigimos al gobierno una base de datos para saber si están presos o muertos, pero queremos una res

Durante el encuentro las trabajadoras sexuales no identificaron a las jóvenes; sin embargo, les recomendaron que visitaran otras delegaciones donde se ejerce el oficio.

Por la tarde, el grupo de madres presentó denuncias penales en la Procuraduría General de la República (PGR) para que las autoridades inicien una búsqueda oficial de los desaparecidos.

Rubén Figueroa, del Movimiento Migrante Mesoamericano, expresó que las demandas son por “desapariciones que se dieron en un entorno de violencia por secuestro, tráfico de personas, extorsión y crimen.

La idea es que los gobiernos mexicano, centroamericanos y de Estados Unidos formen un mecanismo regional de denuncias para que las madres no sólo lo hagan cuando realizan una caravana, sino desde sus países de origen y que las administraciones de la región puedan intercambiar información.