La crisis global en su laberinto, nuevo e importante libro de Arturo Guillén / III
Sweezy se percata de la insuficiencia de la macroeconomía
ontinúo analizando el texto de Michael Lebowitz (ML), Paul Sweezy
(Monthly Review, octubre de 2004) que empecé a explorar en la entrega del 4/12/15, buscando entender por qué Paul Sweezy (PL) pasó de explicar las crisis capitalistas por el subconsumo a explicarlas por la tendencia al estancamiento del capitalismo monopolista. ML señala:
Es en realidad más exacto describir el argumento de Sweezy en TDC como una teoría de la sobreacumulación que como una del subconsumo. En el modelo [matemático] presentado, la crisis no se desencadena por un aumento de la tasa de explotación o de plusvalía, o por una demanda efectiva inadecuada. Más bien, es el resultado de adiciones excesivas de capacidad: una expansión relativa de capital fijo ocurre por un incremento de la propensión de los capitalistas a invertir y una tendencia a remplazar el trabajo directo por maquinaria. Suponiendo una relación constante entre adiciones a los medios de producción y las adiciones potenciales a la producción, la expansión de la capacidad tiende a exceder la justificada: el aumento efectivo de la demanda de bienes de consumo resulta insuficiente para justificar las decisiones de inversión previas. En este argumento el reconocimiento esencial es que la inversión es no sólo un componente de la demanda agregada; también, y muy importante, aumenta la capacidad productiva.
PS analizó varias fuerzas contrarrestantes de la tendencia al subconsumo o sobreacumulación. Una importante es la creación de nuevas ramas económicas que, en el periodo inicial, absorben inversión sin traducirse en aumentos de la oferta de bienes de consumo. Sostuvo que su impacto contrarrestante depende de qué proporción de la inversión total absorban, por lo cual, aunque siguieran apareciendo nuevas actividades, su importancia disminuiría a medida que un país se industrializaba, restando fuerza a esta tendencia contrarrestante. En el mismo sentido actúa la disminución en la tasa de crecimiento poblacional. PS formuló la ley de la relación inversa entre crecimiento poblacional y la tendencia al subconsumo. En conclusión, dice ML, la perspectiva para los países capitalistas desarrollados y maduros es el estancamiento crónico. En lo precedente, el papel de los monopolios está ausente, lo que parece, apunta ML, una extraña falla de PS. Sin embargo, el tema no está ausente en TDC sino que es abordado hacia la parte final del libro (Capítulo XV). Ahí PS describe la tendencia hacia mayores precios y ganancias en los sectores concentrados, la poca inclinación a expandir el producto en estos sectores por el posible efecto a la baja en la tasa de ganancia, un sesgo hacia la inversión ahorradora de fuerza de trabajo y una posible tendencia al aumento en la tasa de plusvalía, factores todos que acentuarían la tendencia al subconsumo. El efecto del monopolio sería, para PS, intensificar una tendencia inherente del capitalismo. Por otra parte, PS identificó el crecimiento en los costos de venta, que resultan de la inexistencia de la competencia de precios en industrias concentradas, como fuerza contrarrestante.
Para contestar a por qué el monopolio no estaba en el centro del análisis de PS sobre la tendencia al estancamiento, ML provee una explicación del ambiente intelectual, el de la revolución keynesiana, en la que PS escribió TDC. Da una excelente visión de la profunda influencia que Keynes y Hansen tuvieron en el pensamiento de Sweezy, quien fue un admirador de ambos. ML advierte, sin embargo, que Sweezy no era un keynesiano de izquierda. Más bien su trabajo puede verse, dice ML, como una crítica marxista de los keynesianos, y añade:
“Así como Marx había argumentado que los economistas clásicos no entendían las bases subyacentes de sus propias teorías, así también Sweezy consistentemente subrayaba que los keynesianos sabían qué estaba ocurriendo en la Gran Depresión, pero no entendían por qué. La inadecuación de las propuestas de solución keynesianas era, desde luego, el principal problema. Los keynesianos, Sweezy indicó, no se percataban que los problemas eran ‘manifestaciones de la naturaleza real del sistema capitalista mismo’. Sweezy argumentó que Keynes era incapaz de proceder a la crítica de la sociedad existente. ¿Por qué? Porque atribuía los problemas a ‘una falla de inteligencia y no a la bancarrota del sistema social’. En general, Sweezy comentaba, ‘uno puede decir que para los keynesianos la crisis del capitalismo aparece como una crisis de inteligencia’”
PS sostenía, dice ML, que los marxistas tenían mucho que aprender de Keynes y sus seguidores por lo que se refiere en cuanto al funcionamiento del mecanismo capitalista, y que algunas partes de la obra de Marx adoptan un nuevo significado y encajan en el lugar adecuado cuando se leen a la luz de las contribuciones keynesianas
. Sin embargo, añade Lebowitz (ML), pasaron varios años para que Sweezy identificara problemas en la TDC asociados al ambiente intelectual en que había estado trabajando:
“Inicialmente, como indicó en una respuesta de 1950 a Evsey Domar y varios críticos japoneses de su libro, Sweezy declaró que su exposición de las crisis de subconsumo, en términos de agregados, era ‘la parte más débil de su libro’ y argumentó que este análisis agregado (atribuible a la influencia keynesiana) no era adecuado para explorar la cuestión del subconsumo. En años subsecuentes se volvió crecientemente crítico de las fallas de la teoría keynesiana ‘precisamente porque estaba totalmente en el nivel macro’. El elemento micro faltante era el monopolio.”
Después de la guerra, excluido de la academia por ser marxista, y habiendo fundado Monthly Review, Sweezy indicó en 1980 que su teoría se apoya en, o combina con, una línea de pensamiento originada en Michal Kalecki y que alcanzó su más completa expresión en el trabajo de Josef Steindl (Maturity and Stagnation in American Capitalism, Basil Blackwell, Oxford, 1952). A pesar de la ‘extraña falla de la teoría keynesiana’ al no conectar el monopolio (a nivel micro) y el estancamiento (al nivel macro), Kalecki los había integrado. Y fue la guía de Kalecki la que siguió Steindl. Tanto Baran y Sweezy, en El capital monopolista (1966) como Sweezy en Sobre la Teoría del capitalismo monopolista
(Monthly Review, abril 1972, en inglés) señalan que mientras en la microeconomía la teoría de la competencia imperfecta (Chamberlin y Robinson) trataba la formación de precios en monopolios y oligopolios, la teoría macroeconómica se mantenía ajena a la realidad monopolista. Dice ML que, sin duda, el catalizador fue el libro de Steindl del cual Sweezy destaca su gran contribución: ligar exitosamente la teoría de la inversión con la teoría de la competencia imperfecta
. Lebowitz explica, citando a Sweezy, porque las estructuras monopólicas llevan al estancamiento:
“En una industria competitiva, los ahorros [internos de las empresas] responden a la demanda: con insuficiencia de capacidad productiva, los altos márgenes de ganancia resultantes aumentan los ahorros y la acumulación; de manera similar el exceso de capacidad productiva genera competencia [de precios] que hace bajar los márgenes de utilidad y los ahorros internos. En las industrias oligopolísticas, sin embargo, el exceso de capacidad no se resuelve de esta manera porque se evita la competencia de precios y, por esta razón hay un sesgo permanente en favor de márgenes de utilidad altos y exceso de capacidad, lo cual desalienta el flujo de inversión… Así, en la teoría de Steindl, había una explicación del estancamiento a largo plazo en la acumulación de capital ligada a una declinación secular de la competencia. ¡Como hemos visto, sin embargo, todos estos elementos estaban presentes en el propio trabajo de Sweezy!”