Alexandra Haas Paciuc asume la presidencia del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) con la convicción de que el problema de la exclusión en México no está peor que antes, sino que ahora estamos más conscientes de su presencia.

En entrevista afirma que dará continuidad al trabajo de su antecesor, Ricardo Bucio, pues nadie puede dar un golpe de timón. Su contribución, dice, será reconocer el vínculo entre discriminación y pobreza, poner atención en el fenómeno migratorio, así como en la inclusión escolar.

Con un presupuesto para 2016 de más de 154 millones de pesos la nueva titular del Conapred considera que los fondos nunca son suficientes, por ello celebra que ante los recortes en otras dependencias, el organismo recibió 1.2 millones más.

La encargada de la política antidiscriminatoria en el país dirigió de 2013 a 2015 el área de asuntos políticos de la embajada de México en Estados Unidos, donde promovió la relación entre el sistema consular y la organización Human Rights Campaing, especializada en derechos de la comunidad LGBTTTI.

La fuerza del Conapred, asegura, radica en la solidez de su junta de gobierno y de la asamblea consultiva, integrada por representantes de la sociedad civil. Estamos trabajando en estrategias para identificar cómo incide la discriminación en los grandes problemas nacionales, pues a veces se invisibiliza. La desigualdad económica tiene un componente de discriminación; por ejemplo, si excluimos a las mujeres, que son la mitad de la población, seremos menos productivos y competitivos y, por tanto, no alcanzaremos un buen desarrollo.

Al hacer un balance del problema actual de la discriminación en México, estima que se ha avanzado en leyes que permiten la inclusión de poblaciones segregadas. Destaca que en el país es válido el matrimonio entre parejas del mismo sexo, quienes además tienen la posibilidad de adoptar.

Las personas transexuales puede cambiar su acta de nacimiento, ya sabemos cuántos afrodescendientes hay. Estamos mucho mejor que antes. Aunque acepta que hay retos por superar: dos de ellos son la xenofobia y el racismo, cuando la crisis migratoria está más presente en la agenda nacional.

En el tema de la inclusión educativa de las personas con discapacidad, asevera que en enero próximo, cuando se revise el modelo pedagógico nacional, el Conapred tendrá una oportunidad de oro; 75 por ciento de las escuelas no tiene infraestructura adecuada para esos alumnos, y ese es sólo uno de muchos retos a los que se enfrentan, como el que no haya maestros capacitados para atenderlos. Sin duda este es un pendiente inmenso del organismo y de otras autoridades que diseñan la política pública educativa, reiteró.

–¿Qué otros pendientes tiene el Conapred?

–Poner especial atención en el fenómeno migratorio, sobre todo en los repatriados. Hay más de un millón 400 mil que en años recientes han regresado de Estados Unidos y ahora se sienten ajenos a la cultura mexicana. En particular los dreamers, quienes hicieron toda su vida en aquel país, algunos fueron deportados, pero otros regresaron por su voluntad, y a su llegada encuentran rechazo social. Sufren un quebranto espiritual, su identidad se resquebraja, porque no encuentran una con la que se sientan cómodos.

El Conapred no cuenta con un índice de discriminación por entidad, y al cuestionar si han estudiado la violencia focalizada que prevalece en algunas entidades y qué podría incrementar este problema respondió: “pueden tener una conexión, y sin duda hay que analizarlo.

La violencia contra las mujeres, por ejemplo, se debe también a la discriminación, por lo que trabajaremos con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres para entender ese fenómeno. No podría decir que hay más discriminación en Tamaulipas porque hay más violencia. Me quedo con la idea de que también se debe hacer una lectura desde la violencia.

–En las redes sociales y otros medios de comunicación masiva se difunden mensajes de odio y discriminación. ¿Cuál será la estrategia del Conapred para combatirlos?

–Esos medios no empeoran la discriminación. Gracias a las redes sociales vemos cosas que antes no podíamos, conversaciones que nadie recogía ahora están ahí. Eso nos da la oportunidad de analizar de dónde vienen, por qué se dicen, qué es lo que a la gente le llama la atención y así crear estrategias para contrarrestarlos. Hay que hacer un equilibrio entre segregación y libertad de expresión.

Aunque todavía no tiene un plan específico, Haas Paciuc trabaja en formas creativas y no necesariamente punitivas para erradicarlos.

–¿Considera que hacen faltan modificaciones legales para erradicar la discriminación?

–El desarrollo legislativo de los pasados 15 o 20 años en México ha sido espectacular. Siempre hay que mejorar, pero el gran obstáculo es lograr que esas leyes se hagan realidad. No se necesitan más reformas, con excepción de que se legisle sobre el trabajo del hogar, del reconocimiento constitucional de pueblos afrodescendientes y de la flexibilidad en la licencia materna.

–¿Cómo visualiza al Conapred en tres años?

–Espero lograr que la institución incida en los debates nacionales más importantes. En la medida en que podamos construir esa presencia del Conapred habremos tenido éxito.