El relevo de la cúpula del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) congregó a casi todo el gabinete, gobernadores, líderes sindicales e industriales. Parece cambio de la Presidencia de la República, bromeó el mandatario Enrique Peña Nieto antes de asegurar que la confianza en México ha permitido captar 92 mil millones de dólares por inversión extranjera y 87 mil millones de capitales nacionales en lo que va de su sexenio.

Poder político y económico congregados, escenario en el cual Peña Nieto reivindicó las reformas estructurales como expresión de cambio y demandó a los actores tener otra actitud frente a los nuevos paradigmas, que exigen mayor desarrollo para el país. Para entonces el mandatario ya había escuchado los discursos de los industriales, quienes pedían reformas normativas, combate a la corrupción e impulso al desarrollo empresarial.

En ese contexto, el Presidente dijo que los cambios estructurales en México, con modificaciones al entorno legal e institucional, se han dado en un entorno económico internacional adverso: Enfrentamos un mundo que pasa por una desaceleración económica, por aversión al riesgo, por una caída en los precios de las materias primas, entre ellas, sin duda, una que afecta el país, que es la del costo del petróleo.

Ante centenares de empresarios, Peña Nieto señaló que en ese contexto internacional el desarrollo no se alcanza solamente con esfuerzos individuales, se construye con participación colectiva, con la actitud que cada uno asuma, sea en posiciones de liderazgo, como agentes sociales, cualquiera que sea la actividad.

Así, gobernadores y secretarios de Estado escucharon a Peña Nieto demandar que realmente adoptemos una actitud mucho más honesta, comprometida y actuar con una nueva ética que permita realmente asumir nuestras responsabilidades y cumplir a cabalidad con ellas, como ciudadanos y agentes del gobierno.

Peña Nieto se dio tiempo para elogiar la gestión de Gerardo Gutiérrez Candiani al frente del CCE y acusar recibo del programa del líder entrante, Juan Pablo Castañón, a quien escuchó solicitar cambios para la actividad industrial, favorecer la libre empresa y combatir la corrupción.

El Presidente de la República se dijo dispuesto a escuchar críticas constructivas y asumir los planteamientos de la nueva dirigencia del CCE.

Aprovechó la oportunidad para exaltar la trascendencia de las 13 reformas estructurales que se han impulsado durante su gobierno y exponer gran cantidad de cifras que, dijo, revelan que han comenzado a generar resultados tangibles. Esto no porque lo diga el Presidente de la República o el gobierno, sino porque hay signos económicos que lo reflejan.

A los miles de millones de dólares invertidos por empresarios nacionales y extranjeros, Peña añadió la generación de empleos, que ascendió a un millón 892 mil, la cifra más alta que se haya reportado en las últimas cinco administraciones; la inflación se ubica en 2.21 por ciento, la más baja en la historia desde que se comenzó a medir: 1970.

Aludió al consumo enfatizando que ante el entorno internacional adverso, de desaceleración económica, el mercado interno es el que ha permitido apalancar la economía nacional, lo cual se refleja en ventas comparables de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio, que reportan aumentos de 10.1 por ciento, el crédito a empresas, que se incrementó 10.6 por ciento en términos reales.

A la enumeración de cifras, como expresión del rumbo de la economía, Peña Nieto agregó que su gobierno tiene muchas coincidencias con la agenda planteada por el CCE para construir el futuro del país.