En el balompié nacional existe malinchismo, ya que se favorece la contratación de extranjeros, a quienes se les da mucho tiempo para triunfar, mientras los mexicanos tienen pocas oportunidades de mostrarse y a las primeras fallas los critican o los corren, dijo el ex técnico de la selección nacional, Manuel Lapuente, y agregó que esta situación perjudica al Tri.

El futbolista foráneo no es superior al nacional. Lo que pasa aquí es que en vez de dar cabida a jóvenes de 20 años, traen extranjeros de 25 de regular nivel. No es que ellos tengan más calidad, lo que pasa es que poseen más experiencia y a ellos se les da varios torneos de adaptación, lo que no hacen con los de casa, a quienes no les tienen paciencia, señaló el estratega.

Puso de ejemplo la final del Apertura 2015, en la que el francés André-Pierre Gignac y el argentino Nahuel Guzmán fueron considerados baluartes en el título de Tigres.

“Gignac tuvo el gol que pudo evitar los penales, pero falló en un mano a mano con el Pikolín (Alejandro Palacios) y Guzmán se equivocó en los primeros dos goles de Pumas. Los dos tienen grandes cualidades, no se duda, pero dicen que el cetro fue gracias a ellos y se olvidan de los errores.

¿Qué habría pasado si hubiera sido un portero o un delantero mexicanos? ¡Se los acaban, los exhiben! A ellos si les habríamos dado. El problema es que subestimamos a los nuestros, observó.

El ex técnico necaxista consideró que eso puede obedecer a los intereses de los promotores, quienes contratan a refuerzos foráneos, los acomodan en los clubes y presionan para que los utilicen de titulares.

Puede ser eso u otras causas, pero es algo que existe, es real, dijo, y mencionó que ese malinchismo afecta también a los entrenadores del país.

A los entrenadores extranjeros les dan los jugadores que piden, vienen con todo su cuerpo técnico de cuatro o más y la mayoría sólo consigue triunfos medianitos, expresó.

El exceso de extranjeros y naturalizados, abundó, afecta al Tri: Cada vez es más difícil armar una buena selección, hay demasiados de afuera.

Planteó que por reglamento debería establecerse que los equipos cuenten con una base de seis o siete jugadores nacidos en México que siempre sean titulares, con lo que los clubes se verían obligados a firmar unos tres extranjeros de calidad y no tantos como hay ahora.

Lapuente radica en Puebla, donde sigue observando futbol y espera el llamado de algún club: “Me siento bien, capaz de dirigir a un equipo que tenga aspiraciones para ser campeón.