No creemos en cambios verticales, asevera el secretario general de la institución
Se buscará reintegrar el auditorio Che Guevara a las actividades, asegura
El rector, muy interesado en las modificaciones al bachillerato; se recogerán diversos puntos de vista, señala
Martes 22 de diciembre de 2015, p. 28
Los cambios que se den en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante el rectorado de Enrique Graue Wiechers serán horizontales. Esta es la clave para lograr éxitos; no creemos en reformas verticales, sino en las que involucran a la comunidad
, señala el nuevo secretario general de la casa de estudios, Leonardo Lomelí Vanegas.
En el caso del auditorio Che Guevara –el cual se encuentra tomado por diversos grupos desde hace 15 años–, enfatiza que en primer lugar se debe analizar quiénes lo ocupan y con base en ello buscar las posibilidades para que ese espacio se reintegre a las actividades universitarias.
En las primeras semanas de trabajo la nueva administración ha logrado identificar la principal preocupación de los universitarios: la inseguridad que se presenta en algunos campus. Por ello, indica el funcionario en entrevista con La Jornada, se trabajará para garantizar mejores condiciones e impulsar la prevención.
Ampliar el horizonte académico
Lomelí Vanegas –de 45 años de edad y quien fue uno de los aspirantes a la rectoría– será uno de los funcionarios de confianza de Graue Wiechers. Consciente de ello, tiene claros algunos de los principales desafíos para la institución: generar mayores vínculos entre docencia e investigación, mejorar el bachillerato y que la UNAM mire hacia el sur.
Hemos hecho un gran esfuerzo por ampliar la colaboración internacional. Debemos aprovechar más la relación que tenemos con Norteamérica y Europa, y hemos abierto opciones con casas de estudios de China; pero creo que valdría mucho la pena un mayor acercamiento con América del Sur, particularmente con las universidades brasileñas.
–¿Cuáles son las inquietudes que ha visto entre la comunidad?
–Principalmente las relacionadas con los temas de seguridad. La Secretaría de Atención a la Comunidad Universitaria y la Comisión Especial de Seguridad del Consejo Universitario ya trabajan para tener una red mucho más amplia de prevención. La idea es que haya una atención más oportuna y prevenir hasta donde sea posible los distintos riesgos que pueden afectar a los universitarios.
“Se trabajará con las comisiones locales (por escuela) de seguridad –con representación de todos los sectores–, que es donde se pueden lograr consensos sobre medidas que en ocasiones pueden generar cierta discusión, como el caso de las videocámaras de vigilancia.”
–¿Quién es el universitario que ocupa la Secretaría General y que estará detrás del doctor Graue?
–Bueno, tiene un equipo, que es muy joven pero con experiencia. Comparto el proyecto del rector, quien desea elevar el nivel académico del bachillerato y la licenciatura, y eso corresponderá en buena medida a la Secretaría General; particularmente, queremos poner atención en el bachillerato.
–¿Se concretará la actualización de ese nivel?
–Para crecer necesitamos consolidar y fortalecer los cimientos, y éstos están en el bachillerato universitario. Hay que revisar cómo van los procesos (de actualización) que se detuvieron (por inconformidades de algunos sectores); tendremos que ver cuáles fueron las principales críticas y objeciones. Elaboraremos diagnósticos sobre la situación de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades; tendremos una relación más cercana con los directores de planteles; incluso el rector está muy interesado en asistir a las sesiones del consejo académico del bachillerato. Hay que diseñar una estrategia que recoja los puntos de vista tanto de quienes han impulsado reformas los últimos años como de aquellos que han encontrado algunas objeciones y saber en qué consisten.
–¿Cómo convencer a los opositores?
–Incentivando la participación y con mucha información. Si se tuviera que dar una discusión más profunda, de cambios mayores en los planes de estudio, se debe involucrar a la comunidad. Debemos generar la percepción de que no se actúa por consigna. El objetivo es revisar lo que estamos haciendo y tratar de hacerlo mejor, pero siempre sin desvirtuar las características de nuestros modelos educativos.
–¿Cuáles son los desafíos de la UNAM?
–El principal que veo es cómo lograr una mayor integración entre la docencia y la investigación, cómo involucrar más a los estudiantes en proyectos de este tipo y cómo lograr que la segunda sea componente central en la formación de los universitarios.
–¿Se recuperará el auditorio Justo Sierra (renombrado por los estudiantes Che Guevara durante el movimiento de 1968)?
–Por el momento lo que nos interesa es tener un mapa completo de quiénes son los actuales ocupantes. Seguramente en las próximas semanas tendremos comunicación con la Facultad de Filosofía y Letras para analizar la forma en que podremos actuar, empezando por concientizar a los distintos sectores de la importancia de que ese espacio se reintegre a las actividades universitarias.
–Usted participó en el reciente proceso de designación de rector. ¿Concentrará su trabajo en la Secretaría General pensando en el próximo relevo en el cargo?
–Me dedicaré a trabajar en la secretaría; es bastante la chamba que me corresponde. Lo haré con mucho gusto, porque además con el doctor Graue (ex director de la Facultad de Medicina) tengo una relación muy cercana: desde que me designaron director (de la Facultad de Economía en 2010) nos conocimos y hemos hecho cosas interesantes juntos, como el proyecto de maestría en economía de la salud, que está listo para ser presentado a los órganos colegiados correspondientes.
Le tengo toda la confianza y sé que trabajará por el bien de la UNAM y por eso estoy muy contento de ser parte de su equipo.