Un descuido de los invasores, que dejaron sin vigilancia un inmueble que ocuparon de forma ilícita, ubicado en Chihuahua 95, en la colonia Roma, delegación Cuauhtémoc, fue aprovechado por el propietario quien contrató a un grupo de albañiles y tapió con tabiques las puertas y ventanas del edificio, literalmente de la noche a la mañana, con el fin de impedir que se apropiaran de nueva cuenta de su vivienda.

Terminamos de trabajar a las seis de la mañana, a mí me temblaban las piernas ante el temor de que regresaran (los invasores) antes de que termináramos, pero fue la única manera que se me ocurrió para evitar que se volvieran a meter, contó el propietario al rememorar su experiencia al enfrentar un intento de despojo que sufrió hace más de dos años.

Dedicado a la restauración y conservación de inmuebles históricos, Santiago (de quien se omite su verdadero nombre por cuestión de seguridad) compró la casa junto con su hermano, quien murió joven y sin testamento. Los derechos de sucesión eran de mis padres y ellos los cedieron a mi favor, pero en el momento en que se dio la invasión no la había puesto a mi nombre en su totalidad, expuso.

El inmueble estaba en desuso, en espera de que Santiago contara con los recursos para su rehabilitación, cuando en mayo de 2013 un vecino lo alertó sobre la presencia de un grupo de personas en el interior.

Ese día, aunque la vivienda estaba vacía, con la presencia de elementos policiacos se protagonizó un supuesto desalojo, derivado de la resolución de un juicio entre terceros. El cual indicaba que el propietario demandaba a otro sujeto por la terminación de un contrato de comodato y se le pedía la restitución del inmueble. Como no hay respuesta, el juez resolvió a favor de quien se hizo pasar como dueño, van y hacen la supuesta desocupación y se quedan cuidándolo, explicó Santiago.

Fachada de la casona ubicada en Chihuahua 95, colonia Roma, delegación Cuauhtémoc, recuperada por su legítimo dueño ante el intento de ocupaciónFoto La Jornada

De acuerdo con su abogado, quien lo acompaña en este relato, toda persona que comienza un juicio debe demostrar un interés legítimo de posesión o de propiedad, pero el promovente sólo presentó un contrato de comodato y lo aceptó un juez de la manera más burda, cuando este documento se puede hacer en 15 minutos, expuso.

Ante esta experiencia y otros procesos que tiene en trámite, presume que quienes se dedican al negocio de la invasión y el despojo deben tener una red de complicidades que abarca desde el Registro Civil, que les permite conocer la defunción de las personas; del Registro Público de la Propiedad, que conoce los folios y antecedentes de los inmuebles, hasta de los jueces y autoridades que les brindan un cerco de seguridad.

En el caso de Chihuahua 95, el afectado procedió legalmente y contó con el apoyo de conocidos, lo que evitó una nueva invasión del inmueble. Impugnamos la resolución que los favorecía y comenzamos un juicio de amparo, que procederá en caso de que regresaran, lo que no han hecho, pero estamos en alerta, apuntó.