México vive momentos difíciles, pero también de esperanza, señaló el cardenal Norberto Rivera al oficiar el jueves la misa de Navidad en la Catedral Metropolitana. Afirmó que hemos comprobado que con la violencia nada crece y con la desesperanza todo se paraliza, por ello hizo un llamado a trabajar juntos para mejorar y llegar a los más excluidos.

En su homilía indicó que los cambios y avances que ocurren en el país parecen pequeños ante la grandeza y urgencia de los diversos retos que la sociedad presenta. Sin embargo, consideró, todo está llamado a madurar.

Recordar el nacimiento de Cristo es un tiempo para sentirnos como recién nacidos, paces de lanzarnos a la alegría y a la esperanza. Tenemos derecho a descargar años de pecados y remordimientos, apuntó.

Por otra parte, el sacerdote Hesiquio Trevizo Bencomo, vocero de la diócesis de Ciudad Juárez para la visita papal, dijo que este lunes comenzarán a construir el altar donde el papa Francisco ofrecerá la misa para más de 250 mil personas el próximo 17 de febrero.

En el acto, refirió, se dispondrá de 20 mil asientos reservados para familiares de víctimas de la violencia y migrantes que serán invitados distinguidos a la misa, que está programada para las 16 horas y a la que se espera acudan casi 250 mil personas.