Tres años después de la firma del Pacto por México, la aportación de ese mecanismo de negociación se manifiesta en el fortalecimiento de la democracia y en el ejercicio republicano del poder presidencial, acotado por las tareas que realizan organismos constitucionales, los cuales tienen atribuciones antes ejercidas a discreción por el Ejecutivo.

César Camacho Quiroz, coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, acepta, en entrevista con este diario, que a las decisiones y reformas derivadas del Pacto por México aún les falta aterrizar los beneficios que la sociedad demanda en el ámbito de la economía y la seguridad.

El ex gobernador mexiquense subrayó que, por determinación personal, el presidente Enrique Peña Nieto ha abandonado facultades que caprichosamente antes ejercían los mandatarios, por lo menos a lo largo del siglo XX y principios del actual.

“El Pacto por México fue una gran aportación de la política mexicana a la democracia. Demostró la eficacia de los acuerdos, que el presidente Peña Nieto tuvo claras al menos dos cosas: el sentido de la oportunidad, cuándo hacerlo. Incluso, puedo confiar en que el convenio se iba a firmar el primero de diciembre, el mismo día que asumiera su cargo, pero por algunos ajustes se hizo al día siguiente.

Tuvo además los temas nodales, para no andar por las ramas. El pacto fue eficaz. Es evidente que todos pusimos capital. También nunca hemos dejado de reconocer a la oposición sus aportaciones, expresó.

Interrogado en torno al estado actual de los acuerdos asumidos en el pacto, señaló que las condiciones de la política nacional cambiaron a un punto tal que en algún momento pareció inviable seguir con ese convenio, pero para entonces había dado suficientes resultados y mostró que en ciertos temas, la mayoría, pudimos generar consenso. Lo que demostró, como regusto, como sabor de boca que deja, es que siempre será posible llegar a acuerdos; es la eficacia de la política.

Camacho Quiroz expuso que la resolución de los grandes problemas nacionales debe pasar por el apuntalamiento legal de las decisiones de las fuerzas políticas suscritas en ese mecanismo: “Sigue, a manera de oleaje, teniendo impulsos que obligan a convertir los acuerdos centrales en dos expresiones: una normativa, porque en muchas cuestiones sigue demandándolo, no sólo en tema federal, sino de los estados, aunque muchas de las reformas por tener naturaleza constitucional son obligatorias para los estados y municipios.

Sin embargo, hay que hacerse cargo de que la sola norma jurídica no cambia la mentalidad, tiene que generarse una legislación secundaria y luego viene algo igual de importante o más: la aplicación de la ley. No sólo para abatir la pobreza, sino para combatir eficazmente la corrupción, la impunidad, la inseguridad. Creo que lo más importante de los saldos es la actitud pactista. La decisión fundamental de siempre, tener disposición a acordar, tiene que mantenerse.

–¿Observaría difícil firmar ahora un nuevo pacto?

–Diría que ahora puede haber unos específicos, es decir, acuerdos sobre temas, aunque no haya un documento marco. Como parte de esa secuela pactista, derivados de ahí.

–¿La sociedad podría tener una mejor calidad de vida derivada de este convenio?

–Creo que ya empezó, pero las consecuencias más abundantes tienen que darse con el paso de semanas, meses y años. Por ejemplo, de la reforma energética, que es la de ejecución más aplazada, los resultados se empezarán a ver en más tiempo.

Al abordar el tema de la responsabilidad del Ejecutivo federal en el Pacto por México y sus efectos, el coordinador de los priístas defendió la posición de Enrique Peña, porque “con una actitud muy democrática y horizontalidad de poder ha renunciado a todo lo que un Presidente tenía facultado en materia de concesiones, que podía dar y quitar, casi diría caprichosamente. Ahora fomenta los organismos constitucionales para que lo sustituyan.

“Si vemos todos los organismos constitucionales autónomos creados, han sido en perjuicio del Presidente, es decir, las tareas del Instituto Federal de Telecomunicaciones, incluso del Instituto Nacional Electoral, el Banco de México o de la comisión de derechos humanos, son acotaciones que se hizo el mandatario, no sólo éste, a decir verdad, pero muchas se hicieron en el periodo actual.