De buena temporada calificó este 2015 el entrenador de clavados Iván Bautista, no sólo por los óptimos resultados obtenidos en general en las competencias internacionales, sino porque varios de los mejores exponentes del país podrán conseguir su plaza olímpica en la Copa del Mundo FINA en Río de Janeiro 2016 (19-24 de febrero), fosa donde se llevarán a cabo los Juegos Olímpicos.

Explicó que si bien estar antes en la sede de una justa de tal importancia no da ventaja definitiva a nadie –salvo en forma relativa a quienes entrenan cotidianamente en la instalación–, conocer las condiciones de la sede abona mucho para los clavadistas, ya que llegarán a un lugar en el que al menos ya participaron alguna vez.

Dijo que la temporada sirvió mucho, en particular a Germán Sánchez, porque consolidó su rutina y obtuvo el pase en el nacional para asistir al selectivo olímpico, donde espera que gane su plaza individual para la competencia más importante del año en Río.

Por lo que se refiere a la dupla de sincronizados integrada por Sánchez e Iván García, el reto a lograr para el certamen brasileño es repetir la medalla lograda en Londres 2012 (plata), además de que ambos en la individual consigan sus objetivos en esa modalidad.

Para el preparador jalisciense, este 2016 debe ser el año de la consolidación de cada uno de ellos no como dueto, porque eso ya lo lograron, sino en el plano personal, ya que tienen la madurez y el conocimiento, pero sobre todo la suficiente confianza para despuntar en el ámbito mundial, y sería lo ideal que destacaran en los Juegos Olímpicos, lo que no necesariamente significa que logren una presea.

Aunque pareciera una encrucijada en su caso, por ser el entrenador de ambos, dijo que no hay ninguna dificultad, ya que cada uno de ellos logrará lo que pueda hacer por su capacidad, por lo que ha aprendido en la fosa y lo que los jueces consideren adecuado, porque al final del día lo importante es obtener el mejor resultado para México.

Sobre García, dijo que trabajarán para afinar una nueva ejecución de 3.5 grados de dificultad –tres y media vueltas a atrás, en posición B–, con lo que se incrementará la calidad de su presentación, hoy día tan importante, porque el nivel en el mundo ha hecho a los clavadistas verdaderos acróbatas.

Adelantó que 2016 será un año de mucho trabajo para afinar las rutinas de los competidores, lo que implica repetición tras repetición y otra vez volver a tirar una y 100 veces más, porque en Río de Janeiro 2016 nadie irá a especular, todos llegarán en las mejores condiciones y en ese tenor es que estarán los clavadistas nacionales para buscar una nueva medalla.