El asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo, es un agravio a toda la clase política del país, dijo Alejandro Sánchez Camacho, secretario de acción política estratégica del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD, y convocó a las dirigencias nacionales de todos los partidos políticos a cerrar filas contra la violencia.

Agregó que es una señal de alerta por la agudización de la crisis e inseguridad del país, por lo cual propondrá al CEN convoque a una reunión con los gobernadores de Michoacán, Morelos, Tabasco y Distrito Federal para construir una agenda de trabajo en torno a la seguridad en sus respectivas entidades, ya que los presidentes municipales son el eslabón más débil de la clase política, a los cuales no se les ha brindado la protección adecuada.

En conferencia de prensa, Sánchez Camacho cuestionó la eficacia del Mando Único. Hay que corregir la estrategia de seguridad, dijo.

En Morelos, según datos de la Comisión de Derechos Humanos de la entidad, se presentaron 259 quejas en 2104 contra policías del Mando Único y el año pasado 194. En 2015, el organismo emitió 28 recomendaciones, de las cuales se aceptaron cuatro y tres parcialmente; sobre el resto, la autoridad no se pronunció.

La secretaria de Derechos Humanos del PRD, Paloma Castañón, calificó el asesinato de “magnicidio. Su asesinato se debe a dos factores: la estrategia de seguridad ha fracasado y el gobierno estatal está rebasado. La falta de una política integral de combate al crimen organizado ha tenido como efecto que se fortalezca la presencia de los cárteles en lugar de debilitarlos”, apuntó.

Morelos, refirió, se ubica en el cuarto lugar en homicidio doloso y secuestro y el tercero en extorsiones en el país.

Enrique Vargas, secretario general del PRD en el DF, dijo que las autoridades de Morelos deben responder a la pregunta ¿quién mandó a asesinar a la alcaldesa y por qué?, no basta con la detención de los presuntos asesinos.