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México SA

Morelos, bomba de tiempo

Realidad vs discurso oficial

El país, de quien lo compre

M

orelos está a punto de estallar. De por sí la bomba era de mecha muy corta, pero el que dice ser gobernador del estado, Graco Ramírez, se ha encargado de recortarla mucho más en apenas tres años. Bravucón, intolerable, persecutor de periodistas y fiel a la filosofía de que aquí sólo mis chicharrones truenan, quien fuera servidor y ejecutor del inenarrable Rafael Aguilar Talamantes ha llevado a la entidad al borde del precipicio.

Entre sus promesas de campaña y sus compromisos de toma de posesión y la realidad morelense existe una distancia abismal, mientras por doquier brotan cadáveres y enormes charcos de sangre, y el crimen organizado goza de cabal salud. Graco, pues, como el caballo de Atila.

Por ejemplo, aquel primero de octubre de 2012, día de su toma de posesión, Graco prometió menos pobreza y mayor bienestar, pero en apenas dos años de ejercicio incrementó siete puntos porcentuales el número de morelenses en pobreza y pobreza extrema (la cifra es del Coneval), con lo que en este reglón ocupó la primera posición nacional, por arriba de Veracruz (con otro gobernador de características similares), cuyo indicador creció seis puntos porcentuales, y Oaxaca (ídem), con cinco puntos de aumento.

Ese mismo día dijo que juntos lo haremos posible; vamos a demostrar que la gente quiere un nuevo pacto social y que se construyan acuerdos. Aquí todos somos necesarios e indispensables. No es válido marginarse, no cabe la apatía y esperar un salvador de la patria. A partir de entonces ha violentado los existentes y evitado cualquier posibilidad de construir acuerdos, en el entendido de que él es el salvador del estado y los demás una bola de pendejos, excepto sus parientes perfectamente incrustados en la nómina gubernamental, con todo y que prometió acabar con los abusos.

Uno de sus ejes de gobierno, según dijo, sería impulsar una estrategia de paz y reconciliación y devolver la seguridad a los morelenses en 18 meses, al tiempo que ofreció evitar que Morelos sea usado como trasiego de drogas o puerto de abrigo de la delincuencia. Desde entonces han transcurrido 37 meses –el doble del periodo comprometido– y el estado es uno de los más inseguros de la República, mientras en él el crimen organizado ha sentado sus reales y la droga corre vuela y se acelera, incluida su abundante cuan creciente cuota de sangre.

Enterado de que, a pesar de todo, todavía algunos dudaban de quién en realidad gobierna Morelos, el monero Hernández, de esta casa editorial, tuvo a bien realizar una sesuda investigación, y este es el resultado.

Como bien lo publicó ayer La Jornada Morelos, la necedad de Graco Ramírez, que ya es épica, de imponer el mando único, a sabiendas de que éste no es la panacea, pero tampoco la solución a nada, representa una muestra fundamental y básica de que no tiene la menor idea de cómo resolver los problemas que representa un estado como Morelos, que a pesar de ser pequeño en territorio, es grande en recursos, es grande por su gente y por lo tanto, representa desafíos que un personaje de miras cortas no es capaz de resolver.

Sobre el nivel de popularidad de quien dice ser el gobernador de la entidad da cuenta la siguiente crónica jornalera, bajo la firma de la corresponsal Rubicela Morelos Cruz, en el sepelio de la recientemente asesinada presidenta municipal de Temixco por un día, Gisela Mota: “¡Justicia!, ¡Fuera Graco!, ¡Fuera de Morelos!, ¡Vete para Tabasco, cochino!, ¡Ya basta, Graco!, fueron algunos de los gritos que escuchó el gobernador Graco Ramírez, durante su asistencia el homenaje que se rindió en memoria de la alcaldesa de Temixco, Gisela Raquel Mota Ocampo, en la explanada principal de ese municipio. A los habitantes de la localidad molestó la presencia del mandatario perredista en la ceremonia realizada la tarde del domingo. Los abucheos contra el mandatario estatal no cesaron. Después de que montó guardia en el féretro de la munícipe y se retiraba a su lugar, se escucharon los primeros reclamos: ¡justicia!, ¡justicia!, ¡justicia!

Según testigos, las expresiones molestaron a Graco Ramírez y a su esposa, Elena Cepeda, y ambos buscaban entre la multitud a quienes a gritos les exigían justicia. Enseguida, el personal de seguridad del mandatario ordenó la retirada. El gobernante apresuró el paso, acompañado de su esposa. Detrás iba su hijastro Rodrigo Gayosso Cepeda, dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática e integrantes de su gabinete. Ramírez abordó su camioneta blindada y se retiró, entre gritos y abucheos. De ese tamaño es su popularidad.

Otra información proveniente de la capital morelense da cuenta de que tan sólo en 2015 las muertes violentas en la entidad sumaron 499 (registradas oficialmente), contra 425 del año previo. “De acuerdo con información de la Fiscalía General del Estado y el archivo de La Unión de Morelos, al igual que en 2014, este 2015 Cuernavaca tuvo la mayor incidencia, con 62 casos, seguido de Cuautla (45), Temixco (37), Yautepec (35), Jiutepec (32), Puente de Ixtla (26), Tlaltizapán (22), Xochitepec (22) y Jojutla (21). En Emiliano Zapata hubo 17 homicidios, 15 en Huitzilac, 12 en Zacatepec, 11 en Miacatlán, 11 en Yecapixtla, 11 en Ayala, 10 en Tlaquiltenango y 10 en Tepoztlán”, y muchos más.

Las rebanadas del pastel

Tal vez sea consecuencia de la cruda del Lupe-Reyes o simplemente que no durmió bien, pero el hecho es que el secretario general de la OCDE, José Angel Gurría, se regocija porque, dice, las reformas estructurales empujaron el crecimiento de México (El Universal). Y se quedó tan tranquilo. ¿Se habrá enterado el ex secretario zedillista de Hacienda que en el primer año de Peña Nieto el crecimiento del país fue de 1.1 por ciento; de 2.1 por ciento en el segundo año y de 2.5 por ciento –si bien va– en el tercero? Lo anterior arroja un promedio anual en el trienio de 1.9 por ciento (lo mismo que en tiempos de Felipe Calderón), cuando es sabido que lo mínimo necesario para comenzar a salir del hoyo es 6 por ciento anual sostenido. Entonces, ¿el tamaulipeco habla en serio o es simple chiste para iniciar 2016?... Y en este México lindo y querido, cuya clase gobernante que cree vehementemente que el país es de quien lo compre, el dólar cerró ayer a 17.62 pesos en ventanilla, mientras el precio del petróleo de exportación grita echen paja. Ayer, el barril se vendió a 26.26 dólares, prácticamente a la mitad de lo presupuestado para el presente año.

Twitter: @cafevega