Jueves 7 de enero de 2016, p. 4
a Pierre Boulez
¿Cómo puede existir
–podríamos preguntarnos–
un martillo sin maestro?
Si la sola presencia de la mano
hace al martillo.
Más aún: es un martillo.
Como si cualquier forma de vida
no dependiera de sus fuentes…
La rebelión de las herramientas,
la sublevación de los instrumentos,
es nada junto al maestro
que no hace honor a su maestría.