Más bostezos que emociones al comenzar el torneo Clausura 2016
ras la breve pausa volvió a rodar el balón. La jornada inicial resultó de bajo perfil, con más bostezos que emociones. A cuentagotas cayeron los goles, por ello destaca el arranque del Atlas, donde la presencia de Rafael Márquez bastó para motivar a unos rojinegros que tienen más de 60 años de ayuno, y que esperan, de la mano de su máxima figura, el milagro de un segundo título.
Apenas comenzó el torneo y la presión ya atrapó al América. El técnico Ignacio Ambriz prometió títulos en la presentación de sus refuerzos, pero en la fecha uno resultó incapaz de hacer valer su cartel de favorito y no tuvo argumentos para vencer al modesto Puebla en el estadio Azteca. El empate sin goles inyectó tensión en el equipo de Coapa, que fue eliminado en la liguilla anterior e hizo el ridículo en Japón.
Malos augurios para Ambriz, estratega estudioso, capaz, pero sin el carisma de Miguel Piojo Herrera o Antonio Turco Mohamed. Ricardo Peláez también siente el agua al cuello frente a la alta jerarquía azulcrema, que quiere celebrar por todo lo alto su centenario, aunque su inversión está lejos de la hecha por los actuales campeones, los Tigres de la UANL.
Más que los cien años del América o de un Atlante que no interesa ni a Alejandro Burillo, el futbol mexicano tendría que celebrar en 2016 el siglo de vida de Ignacio Trelles, un hombre que formó escuela con técnicos como Manolo Lapuente, José Antonio Roca, Raúl Cárdenas y otros devorados por la vorágine de los torneos cortos, que los mandó al retiro de forma prematura.
El arbitraje no pudo entregar una hoja limpia en la jornada inaugural. La falla más grave la provocó el controvertido Joao Rojas con su engaño en el juego Morelia-Cruz Azul. El ecuatoriano naturalizado mexicano sintió un contacto de los defensas, pero con descaro avanzó hasta pisar el área para echarse un burdo clavado: le marcaron penal, que Christian Chaco Giménez concretó.
A Tomás Boy no le agrada Gerardo Torrado, uno de los consentidos de Billy Álvarez, y lo dejó como novia de pueblo: el Jefe lo puso a calentar, pero lo devolvió al banquillo. En el equipo cementero hay expectativa morbosa por ver al catalán Víctor Vázquez. La sonrisa socarrona se debe a los numerosos antecedentes que han terminado en fiasco: Roque Santa Cruz, Achille Emaná, Carlos Lizarazo... la lista es larga.
Vázquez tendría inmejorable marco para debutar en la fecha dos, en casa y ante las Chivas. La Máquina es otro equipo con cuenta pendiente con su afición, pues no clasificó a la liguilla anterior y, como nunca, pesa el ayuno de títulos, que ya llegó a 18 años.
En otro partido en el que predominó el tedio, el Toluca de José Cardozo, quien anticipó que no harían el pasillo
al monarca Tigres, terminó por abollarle la corona con un gol de último minuto. Fue lo único destacado del gris trámite. No sólo el campeón tropezó, también los subcampeones Pumas tuvieron un aciago comienzo en su visita al Monterrey.
Los Rayados del Turco son de los equipos que han quedado a deber y están forzados a tener un certamen importante. Presumen además la contratación del mejor jugador del continente, el uruguayo Carlos Sánchez, procedente de River Plate, a quien no le cuesta trabajo trasladar la rivalidad argentina hacia Tigres, tal vez porque usa los mismos colores de Boca Juniors.
Los que no reaccionan son los Guerreros. El equipo de La Laguna cayó en su visita al León, donde fue maltratado con todo y su joven entrenador Luis Zubeldía. Decía Hugo Sánchez que la experiencia, la madurez, no se vende en la farmacia; este bronco estratega –quien fue duramente castigado cuando dirigía al equipo Liga de Quito por agredir a un árbitro– sufrió su primera expulsión en el mismo debut.
Descontrolado se vio el argentino Zubeldía apenas iniciado el encuentro; se salió de su rectángulo de cal, como si quisiera ingresar al campo, hizo demasiados reclamos y lo mandaron a las regaderas. Por los Panzas Verdes brilló el argentino Germán Cano con un doblete, pero sobre todo con el soberbio tanto del minuto 62, una excelsa chilena que festejó con lágrimas.
La depresión no se aleja de los Dorados, que con esa inercia suicida obsequian tranquilidad a sus contrincantes en la lucha por no descender. Morelia, Chivas y Puebla tendrían un camino de terciopelo si los de Sinaloa no reaccionan. No habrá excusas para el técnico Luis Suárez, quien a estas alturas debe estar más que compenetrado con la Liga Mx.
Ante el apremio por el dinero las ideas brotan y el Morelia lanzó la estrategia de vender publicidad en las playeras partido a partido... Si padecen los equipos respaldados por una televisora, cómo estarán los demás.