En breve empezarán las pruebas clínicas del producto, elaborado con nanotecnología
El tratamiento, diseñado para liberar el contenido sólo en las células enfermas, explica Eduardo San Martín, líder de la investigación
Su efectividad, comparable con fármacos que ya se utilizan
Martes 12 de enero de 2016, p. 2
Investigadores del Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (Cicata) unidad Legaria, del Instituto Politénico Nacional (IPN), están por poner a prueba en seres vivos un tratamiento contra el cáncer de mama hecho con nanotecnología y extractos de plantas que crecen en México.
El ingeniero químico Eduardo San Martín y el investigador Juan Maldonado escogieron algunas hierbas que tradicionalmente se emplean en el país para tratar el cáncer, como el tejocote o la cancerina, las pusieron a prueba en su laboratorio y de las que mostraron ser efectivas contra la enfermedad hicieron extractos purificados que nanoencapsularon. Hasta ahora han conseguido en pruebas in vitro eliminar células cancerosas, sin afectar a las sanas, indicaron en entrevista los científicos.
La medicación ha tenido una efectividad comparable a la de otros tratamientos que ya están en uso, pero al estar nanoencapsulado sólo ataca las células enfermas. Se espera que no cause vómitos, caída del cabello o depresión, entre otras reacciones.
Tratamientos como las quimioterapias tienen efectos no deseados en el organismo, pues no discriminan las células normales de las tumorales y atacan todo
, explicó San Martín, director del proyecto. El sistema inmune se deprime ante la guerra que se desata entre éste y los fármacos; las células normales también se desploman y eso genera depresión, alopecia, vómitos y otras reacciones
.
Las nanocápsulas, agregó, son moléculas empleadas para transportar los fitofármacos (medicamentos derivados de las plantas) y están diseñadas para tener direccionamiento activo, lo cual significa que únicamente liberan su contenido cuando llegan a las células con cáncer. Es como una llave y un candado: la primera son moléculas que sólo están presentes en las células cancerosas y el candado está en la nanocápsula. Si ésta llega a células sanas, no liberará el medicamento, porque no hará contacto con la llave química indicada
, precisó San Martín, quien también está por iniciar pruebas con nanopartículas de plata para combatir la enfermedad.
Cuachalalate, hierba del sapo y muicle, entre otros
El científico comentó que si uno acude a un mercado o con un médico tradicional en busca de un tratamiento para este cáncer, le recomedarán usar la cancerina (Semialarium mexicanum), cuachalalate (Amphipterygium adstringens), la hierba del cáncer (Acalypha arvensis) y la del sapo (Eryngium carlinae), el muicle (Justicia spicigera) y el tejocote (Crataegus mexicana).
Esas plantas son algunas de las que fueron probadas por los politécnicos, de las cuales se hacen los extractos. Para obtener las sustancias que actúan contra la enfermedad hay que sanitizar la planta, secarla, molerla, hacer la extracción de los compuestos con solventes, que luego son concentrados, y secados y pufiricados en en el laboratorio.
Los científicos eligieron las plantas que dieron resultados más prometedores. La respuesta de la dosis de esos extractos es muy semejante a un fármaco que se llama taxol, que también procede de un árbol. Éste ya se usa en hospitales
.
Quedan años de investigación por delante antes de que este tratamiento pueda usarse en humanos, pero San Martín considera que durante la próxima década estos medicamentos estarán disponibles para los pacientes.
Las nanocápsulas podrían emplearse para tratar otros cánceres, pero los politécnicos decidieron enfocarse en el de mama, porque no hay listones rosas para apoyar a los enfermos de cáncer de colon, próstata o pulmón. Para el de mama sí y también hay recursos para la investigación. La sociedad tiene una necesidad urgente de hallar respuestas frente el cáncer y por ahora avanzaremos en éste
.