Miércoles 13 de enero de 2016, p. a11
París.
Seis años antes de suspender a Rusia, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) sabía que en ese país había un dopaje tan fuera de control, que temió que algunos atletas pudieran morir por el uso desenfrenado de sustancias prohibidas, y consideró la posibilidad de colaborar con las autoridades de esa nación para ocultar el alcance del programa antes de los Juegos Olímpicos de 2012, según documentos internos obtenidos por la agencia Ap.
Cuando salió a la luz el dopaje generalizado, auspiciado por el Estado el año pasado, los líderes de la IAAF se mostraron sorprendidos: Esto ha sido un llamado de atención vergonzoso
, declaró Sebastian Coe, nuevo presidente del organismo.
Sin embargo, en 2009, cuando se puso en marcha un sofisticado programa de análisis de sangre, los controles de la IAAF ya revelaban la magnitud del escándalo ruso, según correos electrónicos, cartas e informes de los recientes seis años que Ap recibió de una persona, quien pidió el anonimato.
Resultados insuficientes
Los resultados de los controles no bastaban para sancionar a los atletas, pero ofrecieron una temprana alerta de la crisis que se avecinaba y generaron interrogantes de por qué el organismo encargado de velar por el atletismo esperó seis años para suspender a Rusia, que podría quedar fuera de Río 2016.
Estos deportistas no sólo hacen trampa a sus rivales, sino que están poniendo en peligro su salud y su propia vida
, escribió Pierre Weiss el 14 de octubre de 2009, cuando era secretario general de la IAAF, en una carta entregada a Velentin Balakhnichev, presidente de la Federación rusa de Atletismo, suspendido de por vida la semana pasada.
Los atletas de ese país registraron algunos de los niveles (de sustancias dopantes) más altos jamás vistos desde que la IAAF empezó sus controles
. Los análisis en el Campeonato Mundial de 2009, en el que Rusia ganó 13 medallas, hacen pensar que hay un abuso sistemático del dopaje sanguíneo o mediante productos relacionados con la EPO
, agregó.
Los documentos revelan el dilema que planteó el dopaje ruso a la IAAF, que trató de presionar a las autoridades del país para que tomaran medidas y apeló de los recientes avances científicos para pillar a los tramposos.
Ofrecen detallada información sobre los momentos clave de la crisis, que motivó denuncias de que las autoridades rusas y de la propia IAAF aceptaron sobornos de los atletas para ocultar el dopaje y seguir compitiendo.