La entrega de la Orden del Águila Azteca al rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz Al Saud, suscitó críticas entre legisladores, partidos y especialistas, por el descuido del Ejecutivo mexicano de no analizar el contexto previo y el personaje al que se estaba condecorando, quien avaló la ejecución de 47 presos por diversas causas.

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores Europa del Senado, el perredista Rabindranath Salazar, consideró muy desafortunado que el presidente Enrique Peña Nieto haya otorgado al rey de Arabia Saudita la máxima condecoración que otorga el gobierno mexicano a personalidades extranjeras.

Salazar destacó que es desafortunada la entrega de esa condecoración, porque el rey autorizó la ejecución de 47 opositores a su régimen. Tendría que haber analizado la situación, porque ese es un problema de derechos humanos, y ya de por sí tenemos observaciones y reclamaciones de organismos internacionales en la materia.

En contraste, para el senador panista Héctor Larios, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia Pacífico, no hubo error en la entrega: tengo muchas diferencias con el gobierno de Peña Nieto, pero en este caso no creo que estuviera mal, porque México ha otorgado esa condecoración a países que tienen la pena de muerte, como Estados Unidos y otros.

Larios consideró que el gobierno no puede hacer distingos, decir, a un país que tiene vigente la pena de muerte sí se la doy, pero a otro no; eso no puede ser, tiene que aplicarse el mismo rasero.

Moisés Garduño García, del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, experto en estudios de Medio Oriente, señaló que éste no era el mejor momento para hacer la entrega de la máxima distinción que México da a extranjeros. Le faltó tino. No consideró el contexto y no hubo ninguna asesoría. Había que tener pensamiento crítico y una perspectiva del contexto en el que se da este viaje.

El domingo pasado, Peña Nieto entregó al rey Salman bin Abdulaziz Al Saud la máxima distinción. Apenas el día 2 de este mes Arabia Saudita estuvo en el centro del escándalo mundial tras ejecutar a disidentes, a quienes se acusó de terrorismo: el líder religioso chiíta Nimr Baqr al-Nimr, que encabezó las manifestaciones de oposición en 2011 durante la llamada primavera árabe, y tres estudiantes que también participaron.

Esta acción echó más leña al fuego en Medio Oriente. Si bien las ejecuciones son permitidas por sus leyes, la forma en que se dan viola derechos humanos. Ese contexto debió ser analizado por el gobierno mexicano. Pero la visita ha sido exclusivamente con carácter de negocios y búsqueda de inversiones, dijo el académico.

Garduño criticó que la estrategia gubernamental para acercarse a los países árabes sea a través de una relación de meros negocios, cuando sería mucho más profundo y fructífero promover un intercambio cultural, académico e intelectual.

Rodrigo Iván Cortés, integrante del consejo de relaciones internacionales del PAN, señaló que debe hacerse un análisis más integral al entregar una condecoración. Es válido que el Ejecutivo acuerde cuestiones de ampliación de oportunidades de negocios, pero no por eso se le va a dar un reconocimiento a un personaje cuestionable, dijo.