La salida del aire de publicidad de productos engañosos (milagro) ha sido insuficiente para detener su venta. En dos años pasados, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) suspendió más de 10 mil anuncios, de los cuales casi siete mil se difundían en Internet.

Se trata de mensajes que generalmente se originan en diferentes países, por lo que es necesario establecer colaboración internacional, como la que ayer se firmó entre México, España, Colombia, Paraguay y Centroamérica –representada por El Salvador– para crear un observatorio regional de vigilancia.

Mikel Arriola, titular de la Cofepris, recordó que en 2012 se puso en marcha un esquema regulatorio de publicidad en televisión. Se prohibió la difusión de mensajes sobre mercancías a las que se atribuyan cualidades curativas sin demostración científica ni el registro sanitario correspondiente.

Sin embargo, las empresas encontraron formas de evasión, como obtener un permiso y difundir espots diferentes, así como hacer referencia a usos distintos a los que tienen autorizados.

Agregó que en 2014 entraron en vigor ajustes al reglamento, lo que permitió suspender 71 comerciales, entre ellos 16 cápsulas informativas que presentaban información concatenada al espot principal.

Los representantes de los países firmantes destacaron la importancia de esta medida, que mejorará la protección de la salud de 230 millones de personas.

En México, agregó Arriola, se han suscrito acuerdos con empresas de Internet como Mercado Libre y Segunda Mano, a fin de que eviten la difusión de publicidad engañosa. Además, se ha contado con el apoyo de la Policía Cibernética.

Con la firma del acuerdo se establecerán mecanismos legales para combatir la venta ilegal de medicinas por esa vía y se comunicará a los consumidores sobre los riesgos de adquirir estos productos. Para ello se realizará el taller Observatorio Regional de Venta de Medicamentos por Internet.

Sobre la cooperación internacional, Arriola agregó que se han demostrado los beneficios. En el caso de El Salvador, la colaboración con México, en particular a partir de que la Organización Panamericana de la Salud certificó a Cofepris como agencia internacional de referencia, fue posible que medicamentos genéricos de calidad, seguridad y eficacia comprobada se pudieran vender en el país centroamericano.

Antes, en ese país sólo había productos de patente y genéricos de dudosa calidad.