El museo Dostoyevski recrea en una exposición la atmósfera de la célebre novela
Revela detalles de la ciudad imperial en el siglo XIX, así como el contexto social, filosófico y religioso
Domingo 31 de enero de 2016, p. 6
San Petersburgo.
Crimen y castigo cumple 150 años y, para conmemorarlo, una exposición sumerge a los apasionados de esta célebre novela en el universo del ruso Fiódor Dostoyevski, con imágenes del San Petersburgo del siglo XIX y objetos vinculados a la intriga de la obra.
“Dostoyevski quería ‘indagar todas las cuestiones’ en esta novela; tal es exactamente la idea de nuestra exposición, que refleja varios aspectos de dicha obra”, explica Natalia Ashimbayeva, directora del museo Dostoyevski de San Petersburgo.
El museo Dostoyevski, situado en el antiguo apartamento del novelista ruso en el centro de la ex capital imperial, consagra una gran sala a esta exposición, titulada Tocar todos los temas y abierta hasta finales de marzo.
La novela Crimen y castigo, que se publicó por entregas en forma de folletín a partir de 1866, cuenta la historia de Rodion Raskolnikov, joven solitario que rechazaba la moral colectiva y quería experimentar los límites de su libertad mediante la transgresión del orden moral y el homicidio.
La novela fue un éxito desde su aparición y, traducida a varias lenguas, es una de las obras más conocidas de Dostoyevski, junto a Los hermanos Karamazov y El idiota. Además, constituye un clásico de la literatura rusa, al lado de Guerra y paz, de Tolstoi, o los textos de Pushkin y Gogol.
En esta obra magistral, Dostoyevski aborda numerosos problemas, desde las fronteras de la libertad o la legitimación de la violencia hasta el precio de una vida humana.
Tres dimensiones
En la exposición, el texto integral de Crimen y castigo cubre los muros de la sala, con algunos párrafos destacados junto a objetos, ilustraciones o documentos relacionados con la novela. La atmósfera es a la vez tranquila y oscura, muy petersburguesa
.
Tiene realmente la impresión de sumergirse en la novela
, confiesa entusiasmado Roman Kovchenko, de 33 años, quien acudió con su madre Elena.
“Es mi novela preferida de Dostoyevski, la más ‘petersburguesa’. Para aquellos que aman la novela, que la han releído varias veces, descubrir detalles, matices y comparar su propia imaginación con la de los organizadores es muy interesante”, explica por su parte Galina Somova, de 45 años.
La exposición devela tres dimensiones
de la compleja obra del novelista ruso. La primera representa San Petersburgo, sus casas, sus patios, sus canales y sus tabernas, a través de ilustraciones del pintor Boris Kostigov o fotos de la época.
La segunda dimensión explica la época en la que transcurre Crimen y castigo, mediante objetos relacionados con la trama, como una tarjeta amarilla
que la policía entregaba a las prostitutas con sus nombres, edad, religión y fecha de la última visita médica. Este documento hace referencia al oficio de unas de las heroínas de la novela.
Los visitantes de la exposición pueden también descubrir una recreación de la habitación de la vieja usurera, que el personaje principal mata, llena de objetos evocados en la novela, como un reloj de plata o figuritas decorativas de oro.
La tercera dimensión es la filosófica y religiosa, que permite al héroe de la novela descubrir el sentido superior de la existencia
. Del Juicio Final a la resurrección de Lázaro, los temas religiosos abordados por el novelista ruso, ferviente creyente, también están muy presentes en la muestra.
Para Natalia Ashimbayeva, el texto de esta novela es una fuente de conocimientos importante e inacabable de ideas
de Dostoyevski.