Cada litro de gasolinas Magna y Premium y de diésel que compran los consumidores en México es más caro en 2.47 pesos –1.63 y 2.8, respectivamente– que el costo de producción, debido a los impuestos, la ganancia para los concesionarios de estaciones de servicio, el transporte de los combustibles, ajustes de calidad e incluso un pago que cubre la merma a las gasolinerías.

En su análisis de la cuenta pública 2014, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) revisó la política de los gasolinazos mensuales, que empezó en 2009 con el gobierno de Felipe Calderón con el argumento de cubrir un boquete financiero inexistente, y se frenó en diciembre pasado.

La Auditoría explicó que para fijar los precios de los combustibles, la Secretaría de Hacienda sostuvo que el costo real se determinó de acuerdo con las cotizaciones internacionales, pero éstas fueron menores en ese año para la Magna, la Premium y el diésel.

La política de precios consistió en incrementos mensuales de 9 centavos de peso por litro para la Magna y de 11 para la Premium y el diésel, recordó.

De esta manera, en un año el costo por litro de la Magna pasó de 12.13 pesos a 13.31; el de Premium, de 12.69 a 14.11, y el del diésel, de 12.49 a 13.94.

El órgano fiscalizador explicó que para identificar y corroborar las variables que determinan los precios de los combustibles, en mayo de 2015 solicitó a la Secretaría de Hacienda un ejemplo cuantitativo de cómo integró en mayo de 2014 el costo al público.

Para ese mes, la cotización del productor de Magna fue de 10.21 pesos por litro; de Premium, 11.71, y de diésel, 10.31. En contraste, el precio de referencia de esos combustibles en el mercado internacional fue de 9.63, 10.40 y 10.08 pesos, respectivamente.

Sin embargo, los concesionarios de Petróleos Mexicanos vendieron cada litro en 12.68, 13.34 y 13.17 pesos, con los diversos agregados que realiza la Secretaría de Hacienda. Con la información de esa dependencia, la ASF detalló cómo se incrementa el costo de los combustibles:

En cada litro de Magna se incluye, de ajuste por calidad, que se refiere a la diferencia entre las gasolinas mexicanas con las de la costa del Golfo de Estados Unidos, 0.10 centavos de peso; por transporte, 0.33 centavos; manejo dentro de las terminales, 0.13 centavos; flete, 0.09 centavos; margen comercial a los concesionarios, 0.8 centavos; IVA, 1.67 pesos; merma, 0.04 centavos; impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS) combustibles fósiles, 0.10 centavos, y IEPS cuota estatal, 0.36 centavos.

Los mismos conceptos se aplican para la Premium y el diésel, que aumentan el costo al público.

La ASF refiere que se dejaron de recaudar 37 mil 690 millones de pesos por IEPS a combustibles, porque ese año el precio de venta al público fue menor que el de Pemex, lo cual implicó que la tasa de ese gravamen fuera negativa.