Presentaron El árbol habla en la Feria del Libro de Minería
Jueves 25 de febrero de 2016, p. 5
El título más reciente de la colección Poesía para Niños, que publica el Programa Alas y Raíces de la Secretaría de Cultura federal, es El árbol habla: Octavio Paz para niños.
Ese libro, que fue presentado en la edición 37 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, reúne una selección de fragmentos de la obra poética del Premio Nobel de Literatura 1990, a cargo de la escritora e investigadora Carmen Leñero, con la finalidad de que fueran atractivos en particular para el público infantil.
Integra también 45 dibujos hechos por niños que participaron en un taller de ilustración y que se inspiraron en los versos de Octavio Paz; ellos son habitantes del barrio de Mixcoac, donde el poeta vivió su infancia.
Contiene también una semblanza escrita por Felipe Garrido, accesible para niños y jóvenes, que gira en torno a los sueños infantiles y de juventud del poeta, y la manera en que se dedicó a forjar y trabajar por esos sueños, la libertad y la poesía; además de una serie de mensajes dirigidos al autor de Libertad bajo palabra y a su esposa Marie Jose Paz, en los que le preguntan sobre su vida, sus emociones, cómo era de niño y por qué se subía a los árboles, entre otras cuestiones y dudas.
El libro fue comentado por Susana Ríos Szalay, coordinadora nacional del programa Alas y Raíces; Garrido, el editor Julio Trujillo y Eduardo Vázquez, titular de la Secretaría de Cultura del gobierno de la Ciudad de México.
Conexión con la imaginación visual
Carmen Leñero explicó que la selección que hizo y que también presentó a los niños del taller, son versos los más conectados con la imaginación visual
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La idea fue que en vez de conceptos o metáforas muy complicadas, había que buscar lo más fresco para que los niños se conectaran lo más fácil con ello, no lo más sencillo, sino lo que más estuviera conectado con la imaginación visual
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Más que un elogio al poeta, señaló Leñero, “traté de explicarles a los niños la red de conexiones que hace Octavio Paz en su poesía, el sentido del ritmo como una ley del universo y no nada más como una ley de las palabras. Les expliqué también la relación entre el respirar, mirar, imaginar y escribir.
“Lo que llamó más mi atención fue la relación de los niños como sujetos activos de la poesía, ya que estamos acostumbrados a pensar que la poesía es aquello que el escritor escribió y yo creo –comentó la investigadora–, que es aquello que sucede cuando entramos en contacto con el arte, máxime con la poesía”.
Los dibujos que acompañan a los textos, añadió Carmen Leñero, no son propiamente ilustraciones de lo escrito, sino resultado de lo que los poemas inspiraron y provocaron en los niños y las niñas.
Sin embargo, prosiguió, se debe acentuar, como el espíritu de la colección de Poesía para Niños, la capacidad de relacionarse con ella de manera íntima y creativa, no porque la poesía es importante y hay que aprenderla de manera didáctica o solemne, sino de modo que los niños participen en el juego
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Hasta el momento los títulos que forman la colección Poesía para Niños son Brochazo de sol: Pellicer para niños; Al téquerreteque: Sabines para niños; Alma mía de cocodrilo: Efraín Huerta para niños; En los cabellos del árbol: Elías Nandino para niños; Que me bautice el viento: Enriqueta Ochoa para niños, y Paraíso de compotas: López Velarde para niños.