La comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ‘‘no está exenta de la situación de violencia que desde hace algunos años se enfrenta en el país’’. Al menos una docena de estudiantes de la casa de estudios han sido asesinados o desaparecidos de 2004 a la fecha.

Por ello, alumnos y profesores de diversas entidades académicas conformaron el colectivo Nos Hacen Falta. El objetivo es sumarse a la exigencia de presentación con vida, justicia, verdad, reparación del daño y garantía de no repetición; pero además colaborarán para difundir los casos y crear un registro de los universitarios que han sido víctimas de este tipo de delitos.

‘‘Desde 2004, diferentes universitarios han sido víctimas de desaparición, desaparición forzada o han sido asesinados, sin que hasta el momento se haya encontrado verdad y justicia para ellos’’. Por ello, demandaron a las autoridades de la casa de estudios una posición pública ante estos casos; además, que acompañen a los familiares de las víctimas en el proceso de sanción y verdad.

El colectivo tiene documentados 12 casos de universitarios que han sido asesinados o que están desaparecidos. De ese número, cuentan con la autorización de las familias de cuatro para difundir los hechos. Así, iniciaron una campaña en redes sociales y a través de videos en la plataforma de YouTube.

Los cuatro casos son: Mónica Ramírez Alvarado, estudiante de sicología en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala; Jesús Israel Moreno Pérez, alumno de geografía en la Facultad de Filosofía y Letras; Víctor Castro Santillán, quien estudiaba en la Facultad de Sicología, y Joaquín García Jurado Carmona, quien cursaba quinto semestre en la Facultad de Arquitectura.

Mónica Ramírez desapareció desde el 14 de diciembre de 2004. La información que sus propios padres han obtenido –a falta de apoyo de las autoridades– es que sujetos desconocidos la subieron a un auto. Por un tiempo, sus captores se comunicaron con la familia para pedir dinero y amenazaron con que si no se cumplían los términos la chica sería asesinada. Sin embargo, después dejaron de buscar a la familia y desde entonces no se sabe nada de ella.

El 4 de julio de 2011, Jesús Israel salió de su casa rumbo a Oaxaca para realizar un viaje en solitario. Cuatro días después llegó a Chacahua, y fue ahí donde tuvo un último contacto con su familia; desde entonces no se sabe nada de él. Las autoridades del estado informaron en diciembre de ese año a los padres del joven que se había hallado un cuerpo sin vida que podría ser el de su hijo, pero nunca les permitieron reconocer el cadáver.

Castro Santillán era un estudiante distinguido de sicología. En 2010 se mudó a Monterrey para un intercambio académico en la Universidad Autónoma de Nuevo León; en abril de ese año fue asesinado por un grupo de personas ‘‘contratado por dos de sus compañeros’’ de esa casa de estudios, que, de acuerdo con sus familiares, tienen vínculos con políticos y sectores empresariales. El crimen sigue sin ser castigado.

Joaquín García, quien estaba por entrar al quinto semestre de arquitectura y mantenía un promedio de 9.5, fue asesinado en agosto de 2010 en su departamento en la Ciudad de México por dos desconocidos. El colectivo denunció que ‘‘autoridades capitalinas tienen huellas digitales y rastros de ADN de los responsables, pero no han hecho nada para identificarlos’’.