En México hay más de 12 mil personas en lista de espera para un trasplante de riñón. El 19 de enero pasado el Hospital Juárez de México (HJM) realizó el primer trasplante renal cruzado con donadores vivos no consanguíneos ni con relación de parentesco.

Se trata de dos pacientes con calidad de vida deteriorada por el avance de la insuficiencia renal crónica que ponía en riesgo su vida, quienes al no contar con familiares compatibles intercambiaron donantes. Con esta intervención, el hospital puso en marcha el Programa de Trasplante de Riñón sin necesidad de parentesco entre receptor y donante vivo.

En conferencia de prensa el doctor Marco Antonio Manrique, director del HJM, y Andrés Bazán Borges, jefe del servicio de trasplantes, aseguraron que el procedimiento es una novedosa alternativa para el Sistema Nacional de Salud, que permitirá reducir la lista de espera de órganos.

Señalaron que las reformas a la Ley General de Salud en 2014 permiten que un donador vivo ofrezca un órgano a otra persona, sin necesidad de ser parientes directos.

El número de intervenciones con donante cadavérico no satisface las necesidades de los pacientes y cerca de 30 por ciento de los enfermos presentan incompatibilidad con su donante familiar.

En 2015 se realizaron 2 mil 770 trasplantes de riñón, mil 960 con donante vivo y 810 de cadavérico, es decir, sólo 10 por ciento de los pacientes reciben un órgano; de ahí la necesidad de apostar por un trasplante cruzado, refirió Bazán Borges.

El trasplante cruzado involucró a cuatro personas, ya que los dos donantes eran incompatibles con sus pacientes. Por ello se tuvo que buscar a personas viables entre los demás casos que se atienden en la unidad del HJM.

Gonzalo Aranda Flores, de 64 años, de Morelos, y Alejandro Camacho Duque, de 45 años, de Guerrero, estaban en la lista de espera del Centro Nacional de Trasplantes. Salomé Peña Flores y José Pineda Palacios les ofrecieron uno de sus riñones, pero por incompatibilidad intercambiaron de receptor programado y dieron calidad de vida a otra persona.

El procedimiento se llevó a cabo simultáneamente en cuatro salas de cirugía. En cada uno participaron tres cirujanos, dos anestesiólogos y treås enfermeras. En total, en el área de quirófanos colaboraron 32 especialistas, encabezados por Andrés Bazán Borges. La operación duró cinco horas.