Sao Paulo.

Grupos de manifestantes rivales se enfrentaron este viernes en las inmediaciones de la casa del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, luego de su detención para ser interrogado en una investigación judicial por corrupción, resaltando las profundas pasiones políticas que despierta el ex mandatario.

Imágenes de televisión mostraron a seguidores de Lula, vestidos con camisetas rojas, intercambiando gritos, insultos e incluso arrojándose objetos con detractores del emblemático ex mandatario en la calle frente a su casa, en el estado de Sao Paulo.

En las imágenes también podía verse a la policía intentando controlar a los manifestantes con bastones.

Después del traslado forzado del ex presidente para declarar por sospechas de presuntos nexos con el escándalo de corrupción en Petrobras, el Instituto Lula denunció la intervención y señaló que fue una agresión al estado de derecho.

Decenas de manifestantes se agolparon en la sede de la policía donde Lula declaró durante más de tres horas, algunos para apoyarlo y otros para repudiarlo, y varios se enfrentaron a golpes, la policía también intervino para calmar a los manifestantes reunidos a la entrada la casa en Sao Bernardo.

El Instituto Lula dijo en un comunicado que Nada justificaba lo sucedido en la mañana, negó que se hubiera cometido delito alguno y reafirmó que el ex mandatario “nunca ocultó su patrimonio ni recibió ventajas indebidas antes, durante y después de gobernar el país.

La violencia practicada hoy contra el ex presidente Lula y su familia, contra el Instituto Lula, la ex diputada Clara Ant y otros ciudadanos ligados al ex presidente es una agresión al estado de derecho que afecta a toda la sociedad brasileña, agregó.

La acción de la policía es arbitraria, ilegal e injustificable, además de constituir una grave afrenta a la Corte Suprema.

El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil tildó este viernes de “política, mediática y policialesca” la acción en la que fue conducido a declarar, Da Silva.