San Mateo del Mar, Oax.

Diez mujeres de la etnia ikoot (huave) vecinas de la comunidad San Mateo del Mar promueven la defensa de sus derechos y la erradicación de la violencia de género en la Casa de la Mujer Indígena fundada en 1972 con el lema Ikoods mondüy moniün andeow, que en su lengua significa nosotras somos sanadoras de enfermos.

Natalia, Virginia, Antonina, Romualda, Argelia, Naima, Soraida, Rosalía, Leonarda y María Magdalena se reúnen a diario para compartir experiencias y se turnan para hacer guardias nocturnas. Recorren centros educativos de su localidad y de otras comunidades para ofrecer charlas sobre la violencia en el noviazgo y la familia, así como acerca de salud reproductiva y sexual. Además son parteras y soban el alma exterior (cuerpo).

Ninguna percibe salario; al contrario, aportan para la asociación civil que opera en la Casa de la Mujer Indígena, y con ello han recibido apoyos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

La Casa de la Mujer Indígena de San Mateo del Mar fue creación de Cipriana Romero, Natalia Echeverria y Antonina Romero, quienes en 1972 congregaron a hombres y mujeres indígenas (parteras, hueseros, curanderos) oriundos de Santa María, San Dionisio y San Francisco del Mar. Su intención es que la mujer tenga voz en la defensa de sus derechos humanos.

No es una voz para pelear o discutir, sino para reforzar el ser de la mujer, para que pudiera expresar lo que sentía. Contamos con parteras y sobadoras; hacemos nuestras propias pomadas, las cuales vendemos para obtener ingresos. Damos capacitación sobre derechos sexuales y reproductivos y también nos capacitan, comentaron Natalia y Antonina.

Elaboramos la pomada de San Juan para dolores de huesos, hecha con plantas que recolectamos, como albahaca y sábila, que vendemos en frascos de 30, 50 y 80 pesos. La balsenita, que es para la inflamación y el dolor de vientre, es muy buena para las mujeres que recién parieron, señalaron.