Con una experiencia en el arte escénico de más de 25 años, Gustavo Thomas (CDMX, 1967) presenta hoy su obra más reciente de butoh, Cuerpos lánguidos, en el foro La Cantera.

El artista aborda la violencia sexual perpetrada contra mujeres en el seno familiar.

“El butoh es interesantísimo porque trabajamos continuamente con el interior, más que recreando el pasado. Se traba contacto con éste. Kazuo Ohno lo llamaba ‘bailar con tus propios fantasmas’ y esto no es algo negativo; era bailar con un acto, con caras, impresiones de tu propio pasado. Exploro el butoh de manera personal”, confía Thomas, quien es dramaturgo, poeta y artista de danza japonesa.

Respecto de su primer atisbo al butoh, recuerda que en un Festival Internacional Cervantino (FIC) vio el trabajo de Ohno y le entusiasmó todo lo que es capaz de transmitir un cuerpo en movimiento. Sin embargo, fue en 2008 que decidió adentrarse en la llamada danza oscura y estudió con el hijo de Ohno, Yoshito.

El punto metafísico del artista

“Kazuo Ohno fue mi primera referencia de lo que es un gran performance, no era actor ni bailarín; ya después para mí se convirtió en butoh. Ese performance te tocaba y tenía que llegar, como dice Patricia Cardona, al punto metafísico del artista; era una filosofía, así que decidí tener un rencuentro con la danza butoh”, explica Gustavo Thomas a La Jornada.

En su obra Cuerpos lánguidos explora la violencia sexual contra las mujeres en la familia. Sin embargo, no la aborda como una situación de denuncia, sino como un encuentro con imágenes que pueden ser parte de su pasado.

La experiencia del butoh es profundamente personal. Mi cuerpo puede ser testigo de esa violencia ejercida en la familia y en esta profundidad de la violencia sexual se puede encontrar un lenguaje con el espectador, que puede no entender una historia ni descubrir una línea lógica de acontecimientos, pero sí sentir esa profundidad con la que trabajo. Hay un compromiso con tu honestidad interior, afirma.

La pregunta, ¿cuándo languidece nuestro cuerpo si no es cuando lo perdemos?, es la premisa de su obra, en la que medita sobre la muerte como esa tensión que atormenta al individuo. “Desde niños sentimos cómo nuestros miembros entran en diferentes tensiones, sea por sorpresa, miedo, ansiedad, excitación o pasión y descubrimos que la languidez –como agotamiento total– llega cuando esa tensión acaba, cuando no se puede más con ella y algo más fuerte que nosotros ha sido completamente saciado”.

Para Thomas un cuerpo abatido, desanimado, es ese momento en el que ya no puede más por tanta tensión por la violencia ejercida y tiene que languidecer; esto implica ser abusado continuamente.

Como cultivador de butoh prefiere fusionar su trabajo con un tema de relevancia social y compartirlo con la finalidad de detonar reflexiones interpersonales.

Cuerpos lánguidos es una simbiosis entre video y movimientos improvisados de butoh, que navegan por las imágenes ocultas de esa travesía del cuerpo lánguido debido a la violencia ejercida por el abuso sexual en la infancia.

Durante la función se proyectará un video de Omar Ramírez Casas que mostrará imágenes sin aparente lógica temporal. A partir del tema del cuerpo femenino violentado dentro de la familia, Omar y yo lo abordamos desde nuestra disciplina; él como videasta y yo con el butoh.

Para Thomas su butoh no es un espectáculo, sino un encuentro y un compartir su vida creativa y personal con el espectador y con otros artistas sobre la escena a través del movimiento impulsivo y espiritual de su propio ser.

Cuerpos..., junto con el video de Ramírez, se presenta hoy a las 20:30 horas en el foro La Cantera (Ponciano Arriaga 31, colonia Tabacalera, a un costado del Monumento a la Revolución).