Atenta Mexicanos Primero contra la escuela pública
En el sindicato no hay ruptura con Gordillo, asevera
Claudio X. González está detrás de las tendencias privatizadoras de la enseñanza, advierte el dirigente, quien señala que el sector requiere presupuestos multianuales para cubrir el aumento salarial de los docentes que tengan buenos resultados en la evaluación, de lo contrario, estaría en riesgo la reforma
Jueves 17 de marzo de 2016, p. 18
Detrás de las tendencias privatizadoras y comercializadoras
de la enseñanza estatal está la organización empresarial Mexicanos Primero, en particular su presidente, Claudio X. González, quien no sólo atenta contra el gremio magisterial, sino contra la escuela pública
, afirma Juan Díaz de la Torre, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
El dirigente resalta que el sector educativo requiere presupuestos multianuales para garantizar la inversión, no sólo en infraestructura, capacitación y formación continúa de docentes, también para cubrir los incrementos salariales de quienes alcancen buenos resultados en las evaluaciones, ya que de lo contrario, advierte, existe el riesgo de que la expectativa que generó la reforma educativa no se cumpla
.
En entrevista con La Jornada al cumplir tres años como dirigente del sindicato más grande de América Latina, señala que el organismo, que agrupa a 1.5 millones de trabajadores de la educación en México, enfrenta una transformación para garantizar su futuro, pero reconoce que este proceso no es una ruptura
, sino una evolución
del legado de su antecesora Elba Esther Gordillo Morales, quien enfrenta desde febrero de 2013 cargos por lavado de dinero y delincuencia organizada.
Al amparo de la lideresa
Egresado de la Escuela Normal de Jalisco, Díaz de la Torre desarrolló su carrera política y sindical al amparo de Gordillo Morales. De 1973 a 1989 impartió clases en escuelas primarias y secundarias, pero en 1995 trabajó en la delegación Coyoacán, entonces encabezada por Tomás Vázquez Vigil, ex secretario general del SNTE y cercano colaborador gordillista, como subdelegado de participación ciudadana y de servicios urbanos.
En 2000 asumió el cargo de secretario general de la sección 16 de Jalisco. En 2005 ocupó la secretaría general del partido Nueva Alianza, creado por el SNTE, y en 2011 desplazó a quien fue uno de los más cercanos colaboradores de Elba Esther, Rafael Ochoa Guzmán, para ocupar la secretaría general del sindicato, el segundo cargo en importancia dentro de la organización, el cual detentó hasta la aprehensión de la ex dirigente, el 26 de febrero de 2013.
–¿En los intentos privatizadores del sector educativo ve a Mexicanos Primero?
–Por supuesto, particularmente a Claudio X. González, quien está vinculado a una parte de la derecha empresarial, que afortunadamente son pocos los activos de esta propuesta, pero son poderosos económicamente.
–¿Qué intereses cree que los mueven?
–Hay una tendencia natural a excluirnos (como sindicatos), pero no es con Juan Díaz o el SNTE, es el mundo del trabajo en sus nuevas formas de capitalización. Es una realidad, en otros países ya está expresado, pero aquí el señor señala, como grandes pretextos, que busca la calidad de la educación, pero no es cierto. Hay algunos agentes respetables en Mexicanos Primero, conozco su tolerancia, pero el señor X. González no sólo atenta contra el sindicato, sino contra la escuela pública, un día sí y otro también.
–¿Qué ha cambiado en el SNTE después de la salida de Elba Esther Gordillo?
–Hay acontecimientos que por muy importantes que sean no definen lo que sucede. Se deriva de lo que pasa en el país. Se tomó la decisión de ir a ese nuevo momento porque se leyó el escenario de cómo dar viabilidad al sindicato, y después de tener un lugar en este proceso, buscar fortalecerlo. Para ello se requiere, una vez más, poner a tiempo las manecillas del reloj del SNTE con los tiempos que vive el país.
–¿Con los liderazgo del pasado, el SNTE estaba rezagado?
–El sindicato nació así. Nuestro estatuto está muy hecho a los procesos de la política de los años 40 del siglo pasado. Los liderazgos únicos, muy fuertes, verticales, incluso, fueron la constante de la organización y eso nos ayudó para un momento del país, con esas características, pero entramos en otro proceso.
–¿Cómo era el SNTE con Elba Esther Gordillo y el que actualmente encabeza?
–No hay ruptura, hay evolución en transparencia, en cercanía con los agremiados, en la forma de comunicar nuestros programas y, lo más importante, en comprometernos con el avance profesional de nuestros compañeros. Esa es la clave.
–¿Hay una búsqueda de nuevos liderazgos?
–Por supuesto, es un proceso de evolución, de transformación, es lo que hacemos con el programa SNTE Joven, que es una innovación. Antes se convocaba a algunos adolescentes que se consideran destacados en las secciones sindicales, veníamos al Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de América. Todo era presencial, muy ortodoxo, pero con las nuevas tecnologías se hacen muchas cosas en línea, y lo más interesante es que no tiene una estructura ni una sede.
–¿Que destino tendrán estos liderazgos y cuál es su perfil?
–Van a dirigir al SNTE, al sindicato del futuro. Deben tener tres características: ser limpios, presentables. Un compañero que acredite una biografía, que se ha formado. Hoy, el sentido de identidad, de pertenencia, de convicción, emoción y pasión por el sindicato no basta. Por eso también es necesario que sean competentes, que acrediten sus capacidades y el dominio de los temas del gremio actual.
Todo este proceso de transformación, no sólo de la reforma educativa, sino del país, cambió las preguntas, por lo que las respuestas que teníamos para el proceso ya no sirven. Debemos construir las nuevas, ese es el desafío de estos jóvenes. Y otra de las características es que tengan un consenso básico que respalden los trabajadores, no un acuerdo cupular entre las fuerzas que se expresan al interior del SNTE
.
–¿Dónde ve al SNTE del futuro?
–No en la coyuntura inmediata. Me he planteado como alternativa verlo en 2024, en el que ya no estaré aquí, con estabilidad, con una consolidación de la fuerza de la organización en lo educativo, lo sindical y como fuerza social que puede expresarse. Veo al magisterio mexicano como la autoridad moral del país, como el aglutinador de las grandes expectativas de México. Tenemos derecho a eso, pero no para asaltar el poder. Nuestra lucha no es esa, sino por preservar y defender la escuela pública y mantener vigentes los derechos de los trabajadores.
–¿Cuál será entonces la relación del SNTE con el partido Nueva Alianza?
–Quienes hemos abrazado la militancia en Nueva Alianza lo hemos hecho voluntariamente, pero no como relación corporativa (…) Debe ser un espacio donde quien quiera encontrar una posibilidad clara de ir a la administración pública o a la representación popular, que lo decida y transite por el partido, si es que no tiene militancia en otro, pero en automático cuando tu vínculo como dirigente sindical termine, debes elegir.
Tanto los maestros que votan como los que estamos en los partidos luchamos por intereses, y los vamos a defender, pero con una característica, son aspiraciones legítimas, no las alcanzamos en un acuerdo bajo la mesa. Tenemos derechos políticos y los vamos a ejercer.
–¿Hay presión en el tema presupuestal?
–El reto será el presupuesto, porque de esos 12 mil docentes que alcanzaron los mejores resultados recibirán su estímulo en la primera quincena de mayo, pero nos puede pasar como en la carrera magisterial, donde muchos solicitan entrar o ascender, pero nos decían nada más hasta aquí hay presupuesto.
“Lo dije en las instancias correspondientes desde el primer momento, por eso pienso en los presupuestos multianuales. Que hagan una proyección de cuántos maestros estarán en insuficientes, con qué recursos se dará la compensación a los tutores y cómo se apoyará a los de excelencia, de otra manera hay un riesgo de que la expecta-tiva que generó la reforma educativa no se cumpla y estamos para empujarla.