Jueves 17 de marzo de 2016, p. 42
En los pasados 30 años la migración en la frontera sur del país ha tenido una “marcada presencia de mujeres, niñas y adolescentes”, principalmente centroamericanas, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El fenómeno “está consolidando una nueva división sexual del trabajo”; las labores domésticas y de cuidados, así como la industria del sexo están siendo destinadas a ellas, advierte. Tan sólo en Chiapas 55 por ciento de la población migrante es femenina; la mayoría labora de manera irregular y en la economía informal. Algunas residen y trabajan en esa entidad, otras cruzan la frontera por periodos cortos, otras son “temporales”, cuya estancia es de mayor duración o por ciclos agrícolas. Esa forma de movilidad puede reforzar estereotipos de género que limitan la autonomía de las mujeres, sobre todo porque gran parte son jóvenes, en edad productiva y reproductiva y “con altos niveles de analfabetismo o pocos años de escolaridad”, subraya la ONU.