Sábado 19 de marzo de 2016, p. a12
Música ensimismada. Pensativa. Un fluir de clorofila, sol, paisaje, estrellas. Vegetal. Una música que de tan bella y suave hipnotiza y encandila. Es la música de los griots, esos aedas de los confines del tiempo en Malí.
Ballaké Sissoko, intérprete del kora, ese instrumento ancestral que despierta lo bello que hay en toda persona cuando escucha; Kasse Mady Diabaté, un viejo conocido del Disquero cuya voz es el amanecer en la llanura, la medianoche en el interior de cada persona que lo escucha; el Trio Da Kali, un prodigio de voz, balafón y ngoni.
La noche de los griots. Así se llama el concierto que nadie debe perderse las noches (20:30 horas) de martes y miércoles próximos (22 y 23 de marzo) en el Teatro de la Ciudad, como parte de la edición 32 del Festival del Centro Histórico.
Harán su música en ese recinto del Centro Histórico, cinco griots de Malí: Ballaké Sissoko, Kassé Mady Diabaté, su hija, la extraordinaria cantante Hama Kasse Mady; Lassana Diabaté en el ngoni, y el balafonista fuera de serie Mamadou Kouyaté (estos últimos, integrantes del Trio Da Kali).
Esa noche se presentarán tres discos que a continuación reseñaremos: Musique de nuit, de Ballaké Sissoko con el violonchelista francés Vincent Segal; Kiriké, de Kassé Mady Diabaté; y Trio Da Kali. Los discos están disponibles en iTunes y las versiones en cedé estarán a la venta en el Teatro de la Ciudad las noches de los conciertos.
Musique de nuit es un poema escrito en violonchelo y kora por Vincent Sagal y Ballaké Sissoko y es continuación de Chamber music, disco grabado en el estudio de Salif Keita en 2009, y un éxito abrumador de ventas.
Como personajes de un óleo de Chagall, este par de músicos se treparon a la azotea de la casa de Sissoko en Bamako y ahí grabaron Musique de nuit, al amparo de dos noches techadas de estrellas, desde la medianoche hasta las cuatro de la madrugada. Podíamos escuchar el rumor de la ciudad
, dijo Segal.
Este par de músicos nació el mismo mes del mismo año: abril de 1967. El padre de Sissoko, Djelimandy Sissoko, fue el pionero en grabar discos a dos koras. Su disco Cordes Anciennes, de 1970, es un clásico.
A pesar de que los griots se trasvasan generacionalmente su sabiduría musical, Sissoko se hizo músico de manera autodidacta y tampoco forzó a su hijo, quien prefiere jugar soccer en el París Saint Germain.
Su disco At peace es una bella pieza de arte y fue producido por Segal, quien también intervino en la grabación.
Musique de nuit. El título recuerda sin remedio la Nacht Musik de Mozart. En ambas habita un espíritu sereno.
Sissoko activa la kora, esa catedral de calabaza, ese trono de los pobres (Malí es uno de los lugares de mayor pobreza en el mundo y produce una música de belleza inenarrable), con los ojos cerrados. Sus dedos son extremadamente largos. El sudor perla su rostro, gotas blancas sobre piel oscura. El violonchelo le responde. A lo lejos, a través de las bocinas, se escucha el rumor de la ciudad cuando amanece: automotores, cabras que balan. Percibimos, merced al poder de la música, el ligero cambio de luz en el ambiente y el aumento tácito de temperatura.
Temas tranquilos, introspectivos, células motívicas, repeticiones hipnotizantes, melodías sencillas y por ende aún más bellas. La música del disco Musique de nuit es una música de noche y por tanto una música plena de misterio, honda, insondable.
Kiriké, el nuevo disco de Kassé Mady Diabaté, es el nuevo emblema del canto del griot, el hacedor, el poeta, el que da voz al paisaje, a los animales, a las ánimas.
Incluye colaboraciones de Kissoko y Segal y es una secuela bella del álbum Kassi Kassé, producido en 2002 por Eduardo Llerenas para discos CoraSon y nominado al Grammy.
Kassé Mady canta en bambara, la lengua dominante en el sur de Malí y es descendiente de la familia de griots más distinguida del antiguo imperio mandingo, los Diabatés de Kela.
Por último, pero no a lo último, Trio Da Kali es un disco de gran belleza. El balafón de Mamadou Kouyaté tiende mantos multicolores, plenos de burbujas saltarinas, a la bella voz, apasionante, de Hawa Kasse Mady, a lo que el ngoni de Lassana Diabaté completa un hermoso ramo de flores en sonido. La vibración del cuerpo del balafón traspasa las bocinas y nuestras epidermis.
He aquí, en discos y en vivo, música que explica la belleza del mundo y sus misterios.