rasil, hacia el desenlace: Todos los gobiernos brasileños, desde la conquista de la legalidad constitucional, estuvieron implicados en una vasta corrupción, la cual se arrastra por toda la historia brasileña. Los partidos, a su vez, no responden a ideas y programas, sino que son sólo máquinas electorales oportunistas que se venden al mejor postor y sus representantes cambian de posición y partido como quien cambia camisa, aunque algunos de esos partidos y personajes esté vagamente en el más que vago campo popular y otros en el igualmente vago sector de la derecha. Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), fue electa democráticamente en octubre de 2014, con casi 52 por ciento de votos, y desde entonces no cesaron los intentos por anularle el mandato con diversos pretextos mediante un sufragio político de esos parlamentarios. Apoyándose en los sobornos acostumbrados de Petrobras, Odebrech y otras grandes empresas a todos los sucesivos gobiernos y ahora a los partidos gobernantes, la alianza entre los grandes diarios de derecha y parte importante del gran capital y de las trasnacionales convierte el escándalo en un pretexto para un golpe de Estado y parece estar acercándose a su objetivo de hacer votar el impeachment. El principal partido aliado en la mayoría gubernamental al PT –el PMDB– en efecto decidió salir de ésta el martes. La Folha de Sao Paulo habla de un día D pues, aunque algunos ministros del PMDB podrían seguir trabajando como independientes, otros partidos pequeños –PP, PRB– podrían también romper definitivamente lazos con la mayoría. O Estado de Sao Paulo dice al respecto que el paso a la oposición del PMDB de Río de Janeiro (siempre aliado al PT) pesará mucho en el seno el PMDB nacional. Las acusaciones contra Rousseff provienen del presidente de la Cámara, procesado por corrupción, y el sucesor de Dilma en caso de impeachment sería el vicepresidente Michel Temer, también salpicado por los escándalos. Como es evidente que Dilma Rousseff, personalmente, no puede ser acusada de nada, toda la maniobra política aparece como un golpe parlamentario para imponer una política de ajuste brutal de salarios. Los diarios democráticos del Mercosur, bien gracias.

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Varias I: El diario peruano El Comercio comunica que el Tribunal Electoral confirmó la validez de la candidatura de Keiko Fujimori, acusada de comprar votos. Hubo una apelación cuyo resultado se conocerá hoy. Verónica Mendoza, candidata que está creciendo, propuso un salario mínimo de mil soles (unos 280 dólares). El mismo diario reporta que al electorado se le agregarán este año 700 mil jóvenes.

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Varias II: El argentino Clarín espera que después de Obama lleguen inversiones a Argentina. El paraguayo ABC sugiere que el momento es propicio para refundar el Mercosur.