ara estimar el monto real de la deuda pública total de México utilizaremos tanto las cifras ya analizadas de la deuda documentada del sector público, como las del cuadro Saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público (SHRFSP) que incluye conceptos adicionales de adeudos - obligaciones del sector público.

De la deuda interna en particular, cabe hacer mención de una invasiva y creciente transformación de la deuda interna en externa según los tenedores. En 2010 los residentes en el extranjero tenían el 19.9 de los valores públicos de circulación interna y en 2015 el 35.8% (Gráfico 9), extranjerización que aumenta en el caso de los cetes de 17.8 a 51.8, y de los bonos de 31.0 en 2010 a 59.5% en 2015.

El SHRFSP muestra también con claridad el excesivo aumento del endeudamiento público en los últimos años (Gráfico 10).

De sus saldos a 2015 tomaremos los adeudos correspondientes al Farac (rescate carretero), IPAB (rescate bancario), Pidiregas (infraestructura) y el Programa de apoyo a deudores (de la banca) (Gráfico 11).

También se incluye en el acumulado final el saldo de las Obligaciones financieras de las entidades y municipios que en 2015 ya representaban en conjunto el 3.1% del PIB nacional (1.6% en 2005), y el 85.2 de las Participaciones federales (52.9% en 2005) (Gráfico 12).

Por supuesto que atrás de estos promedios nacionales hay grandes diferencias en los indicadores de endeudamiento de las entidades. En relación a su PIB, por ejemplo, tienen un considerable endeudamiento: Coahuila 6.6, Quintana Roo 8.5, y Chihuahua 8.9%. Tienen, por el contrario, un bajo endeudamiento relativo: Guanajuato 1.0% de su PIB, Yucatán 0.9, Tabasco 0.8, Querétaro 0.5, Campeche 0.2, y Tlaxcala 0.0

En relación a las Participaciones que las entidades reciben del gobierno federal, el mayor endeudamiento relativo lo presentan: Nuevo León con una relación de 221%, Chihuahua 228, Coahuila 262, y Quintana Roo 270%.

Deuda pública total

Con estos elementos y una estimación del pasivo pensionario se integra el cuadro síntesis de la deuda total (Gráfico 13).

El resultado es sorprendente pues la deuda pública total del país alcanza un saldo estimado de 31 billones 963 mil millones de pesos, cifra equivalente al 176.2% del PIB de 2015, y crece aceleradamente (Gráfico 14).

Queda claro que los pasivos pensionarios del sector público no existirían si los gobiernos, organismos, universidades, líderes sindicales y representantes empresariales hubieran creado (o exigido) los fondos de reserva correspondientes, en vez de comerse las aportaciones en el caso de los gobiernos y permitirlo el resto sin chistar. Hoy el problema es mayúsculo y tiene que afrontarse.

Por supuesto que la opción de minar las pensiones es una solución inaceptable, como también endeudar al país para pagar lo debido pues los focos rojos de las conocidas crisis por endeudamiento se están prendiendo. La solución adecuada parece transitar en tres vías: a) cobrar bien los impuestos, en especial sobre la renta, a las personas y empresas que concentran el ingreso y la riqueza del país en forma obscena; 2) administrar el gasto público con eficiencia, honestidad y austeridad; con visión de desarrollo productivo, inclusión social y equilibrio financiero, y 3) reestructurar un sistema sustentable de pensiones.

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