Chilpancingo, Gro.

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, pidió a los miembros de los grupos de la delincuencia organizada que ya no asesinen a más gente inocente y en su lugar busquen la paz; aunque también reclamó al gobierno que desde las altas esferas tengan arreglos o acuerdos con los delincuentes.

Entrevistado al término de una visita pastoral al mercado Baltazar R. Leyva Mancilla, en esta capital, subrayó que los operativos de Ejército y de las demás fuerzas federales, por lo menos fueron disuasivos, y si no fuera por ellos la cosa estaría peor, porque Guerrero no sólo son las carreteras principales ni la autopista (del Sol México-Acapulco).

En referencia a la ciudad de Acapulco –donde la semana pasada ocurrieron unas 30 ejecuciones–, ahí se mueven muchas cosas, intereses, y es donde el Ejército y el Estado deben poner más atención.

Rangel Mendoza, quien ha propuesto dialogar con los delincuentes, afirmó que oficialmente no he entablado ninguna conversación, pero he estado en los municipios de Mochitlán, Acapulco, Tlacotepec y Chilapa, donde predico la paz, la concordia y el diálogo, y les pido (a los delincuentes) que eviten secuestros y asesinatos.

El diálogo siempre ayuda; cómo me voy a poner en paz con mi enemigo si ni siquiera nos hablamos ni nos vemos la cara. Hay que escucharnos unos a otros y ver qué diferencias hay entre nosotros. Tenemos que dialogar para tratar de evitar daños a terceros, como secuestros y asesinatos.

Dijo desconocer si en el gobierno ya hayan dialogado con la delincuencia, pero es lógico que desde las cúpulas ellos se saben arreglar, y eso no hay que ignorarlo. En la sierra, donde se siembra amapola y son conscientes de que las mismas instituciones están de acuerdo en eso, porque, simplemente quíteles ese cultivo y de qué los van a mantener, entonces tienen que llegar a cierta tolerancia y arreglo.

Por separado, obispos de la provincia eclesiástica de Acapulco advirtieron que los hechos violentos en la entidad se agravan día con día y causan dolor y desesperanza en personas, familias y comunidades.