Es tan intensa la preparación de Guadalupe González, campeona panamericana de marcha, hacia la Copa del Mundo de Roma y los Juegos Olímpicos de Río, que no le importa hacerlo en solitario la mayoría de las veces.

Su entrenador, Juan Hernández, escogió varios lugares a fin de que esté en armonía con la naturaleza, en el Centro Ceremonial Otomí y el Nevado de Toluca, para recibir además los beneficios de la altitud, porque quiere llegar en óptimas condiciones a los compromisos de mayo y agosto.

Hernández se siente orgulloso de su alumna de 21 años de edad, al referir que no había tenido otra con tal potencial y con fuerte mentalidad como en su época lo fue Graciela Mendoza, pionera que dio lustre a la marcha mexicana, pero que le faltó ganar la medalla más preciada en Barcelona 1992.

Está convencido de que la medallista de oro en Toronto 2015 tiene todas las ganas para lo que busca, pues está motivada y tranquila. Ni siquiera tiene dudas cuando señala que la especialista en 20 kilómetros es muy disciplinada. Va por buen camino.

El entrenador no para de dar consejos a la andarina, sobre todo en lo referente a los medicamentos, salvo los que debe tomar por prescripción cuando sufre alguna lesión o malestar, pero sobre las sustancias prohibidas es la letanía de casi todos los días, porque la primera regla que impone es que todos sus alumnos deben ser honestos, limpios y nada de trampas.

El tema sobre el dopaje ha sido recurrente en los recientes meses tras la suspensión de los medallistas rusos de marcha (varonil y femenil), quienes subieron a podios olímpicos y mundiales, y serán los ausentes en la cita brasileña.

Por eso el formador de ganadores de preseas del orbe en categorías juveniles está en constante comunicación con sus alumnos, especialmente con Lupita, para que sea cuidadosa.