En el jazz de Olivia Revueltas hay respuestas, un posible mundo mejor, sin muros de agua, sin apandos, sin el ruido producto del caos urbano, a veces con la libertad de una nota suelta, con acordes de una música libre, que se escuchará en la gala que en su honor se realizará el jueves 14 de abril, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

En conferencia de prensa realizada en pleno escenario del foro de Donceles, Olivia llevó un ramo de flores para que fuera colocado ante el palco de Esperanza Iris, en un homenaje siempre justo y oportuno.

Creció en un medio familiar en el que la cultura no era un lujo, sino una experiencia cotidiana. A su padre, José Revueltas, se le respetaba en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México por su coherencia política y su pasado de lucha y crítica social. En los últimos años de su vida fue un gurú para los estudiantes. En el hogar de Olivia se escuchaba buena música, comentó la jazzista, quien de niña preguntaba a su madre qué era eso que se oía en hogares vecinos.

“La enseñanza de mi padre la dejó escrita detrás de una fotografía, en la que se lee: ‘Para mi hija Olivia, con la esperanza de que sepa asumir su música con integridad, fuerza y valentía’. Integridad... entregarse.

Mi papá en la FFyL era... como los griegos, ¿verdad? Lo rodeaban para aprender. Era una persona muy interesante, muy inteligente. La inteligencia es un atractivo muy poderoso.

Cuarenta aniversario luctuoso

El 14 de abril, día de su concierto, se conmemorará la muerte de Pepe Revueltas, ocurrida en 1976 y desde antes y después se le recuerda al grito siempre bélico de ¡Nos vemos en las revueltas, Pepe!

Momentos antes, Olivia tocó para unos cuantos privilegiados una pieza suya con la que rinde homenaje a Charles Mingus, titulada In Memoriam: Charles Mingus, con un final eterno. El final de una composición es como el alma, que ya acabaste y te dice espérate, porque quise decir esto. Es un diálogo. El alma, así lo siento, tiene una voz en medio, una voz grave y una voz aguda; el piano tiene todas esas voces. Para los compositores, el mejor instrumento para expresarse es el piano.

Consideró definitivo e imperativo acercar el jazz a los niños, así como la materia de civismo. La música clásica debería ser obligatoria, como enseñanza, desde jardín de niños.

Celebración

En el programa, Olivia interpretará Winter Song in Mexico City, Homage to John Surman, Historia de un pajarito, Mujer herida y Bailando con mi padre. Entre las piezas que se escucharán destacan algunas extraídas de sus discos, como Round about Midnight, de Thelonious Monk; Nardis, de Miles Davis, y What is this Thing Called Love?, de Cole Porter. Además, algo de Duke Ellington.

Olivia Revueltas durante la conferencia en el recinto de DoncelesFoto cortesía de la Secretaría de
Cultura del Gobierno de la Ciudad de México

El recital lleva por título Celebrando a Olivia Revueltas... ¡De regreso!, que contará con la participación del contrabajista Roberto Aymes y del baterista Luis Martínez. Esta actividad es organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de México.

Olivia tiene muchos méritos, entre ellos uno que resalta como misión personal: estudió jazz desde los años 60, cuando dicho género no estaba abierto a las mujeres. María Cortina, coordinadora de Proyectos Especiales de la Secretaría de Cultura, dijo al respecto en rueda de prensa: Olivia nos enseñó que el jazz es de todos, que se siente y se lleva por dentro; se transmite cuando se tiene talento.

Por su parte, el secretario de Cultura, Eduardo Vázquez, expuso que es un orgullo celebrar el regreso de la artista al Teatro de la Ciudad. A algunos nos tocó aprender la música de jazz en los años 80 escuchándola los sábados en el bar Chato, en la colonia Roma. De la presencia poderosa de su piano y de su capacidad como compositora, intérprete... de pronto nos dejó, porque la vida se la llevó a vivir a Estados Unidos. Ahora está de regreso para que la ciudad lo celebre.

Ofrecerá el corazón

Olivia añadió: “Como dice la cantante: yo vengo a ofrecer mi corazón. Voy a interpretar una pieza para Charles Mingus. El jazz nos enseña mucho desde el punto de vista humano. Mingus y John Coltraine estaban en lo más alto, en el cenit, y tocaban y les decían que si querían beber agua salieran a un sitio para los negros. No entraban por la puerta principal, sino por la de los meseros. Billie Holiday interpretó esa canción terrible de El árbol que da frutas de hombres... porque los colgaban, ¿no? Ese jazz se junta con la música clásica de vanguardia (...)

El jazz no ha sido suficientemente explotado. Hace falta más investigación, porque es una mina infinita.

El jazz contra los muros de agua y las paredes de los apandos: “Hay una pieza, composición de John Coltraine, que se llama Out of this World, Fuera de este mundo. Es un llanto... les voy a decir a qué grado... cuando se cayeron las Torres Gemelas me tocó estar en San Antonio, y la única estación de radio de jazz en la ciudad tocó todo el día Out of this World. Quien la escucha sabe que el jazz nació para ser noble, generoso, compañero, amoroso”.