En el grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados la corriente que encabeza Guadalupe Acosta Naranjo, autonombrada Los Galileos, pretendía hacerse del control de la coordinación de los comités de los Centros de Estudio del órgano legislativo, y del de Información Gestoría y Quejas, posiciones administrativas en San Lázaro que corresponden al perredismo por usos y costumbres entre las tres principales fuerzas políticas que ahí operan: Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y el sol azteca.

Los Galileos es un grupo de diputados que al abrigo de Nueva Izquierda (Los Chuchos) ocupó posiciones de control y poder en el partido del sol azteca durante los pasados 15 años. Al iniciarse la actual legislatura fueron desplazados por la escasez de espacios que el PRD obtuvo tras su estrepitosa derrota electoral de 2012, e intentaron convertirse en ala demócrata de esa fracción.

Pretendían colocar en los comités referidos a Sergio López y Lluvia Flores. Sin embargo, su reducida influencia en la bancada de ese partido les hizo mella ante la imposición mayoritaria de Alternativa Democrática Nacional (ADN), que colocó a su integrantes Armando Soto y Antonino Morales encabezando los dos comités.

Tras ese reacomodo ADN perfiló abiertamente sus diferencias con Nueva Izquierda y Los Galileos. A estas dos últimas corrientes se les ubica como aliadas desde el grupo que encabeza Héctor Bautista.

Recientemente las suspicacias de ADN, respecto a Nueva Izquierda y Los Galileos, se agudizaron, porque Rafael Hernández Soriano, hechura de Jesús Zambrano, se acercó a Guadalupe Acosta para propiciar un acuerdo mayoritario en la bancada que removiera a Omar Ortega (ADN) de la coordinación de proceso legislativo de la fracción perredista. Incluso llegaron a ofrecer a sus probables seguidores un cambio en la coordinación de la bancada.

Jesús Zambrano se deslindó de la maniobra de su aprendiz, y negó a ADN que él tuviera conocimiento de tal relación entre Nueva Izquierda y Los Galileos.

La desconfianza que esto propició en la mayoritaria ADN, le costaría a Jesús Zambrano su pretendido interés en formar parte de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México. Ayer trascendió que ADN acordó con la corriente Vanguardia Progresista, cercana a la jefatura de Gobierno de la Ciudad, respaldar a la diputada Cristina García con el fin de que ocupe una de las dos posiciones a que tiene derecho el perredismo en San Lázaro.

Y el segundo lugar lo ocuparía Jesús Valencia, ex jefe delegacional en Iztapalapa –involucrado en cuestionables hechos públicos– e integrante de ADN.