Para reducir la contaminación del aire en las ciudades se debe contar con una normatividad ambiental actualizada que considere la más reciente tecnología vehicular, combustibles limpios y acabar con la corrupción en los centros de verificación, señaló Adrián Fernández, especialista en calidad del aire y cambio climático.

En entrevista, el ex presidente del Instituto Nacional de Ecología dijo que es claro que la aplicación generalizada del programa Hoy no circula hace más de 20 años en la zona metropolitana del valle de México dejó un incremento en el parque vehicular, por lo que la medida emergente anunciada el miércoles debe ser temporal para evitar que crezca aún más.

Consideró que con estas medidas la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came) busca bajar las emisiones lo antes posible, pero no garantizan que así sea, ya que dependen también de las condiciones atmosféricas. Lo que deberá ocurrir en el segundo semestre del año es que la verificación vehicular sea más estricta y volver a discriminar por tipo de holograma la circulación de un millón de autos al día.

Para ello, apuntó, las autoridades tendrán que trabajar a marchas forzadas para que en el segundo ciclo anual de verificación se apliquen nuevas medidas. Entre éstas, dijo, deberá estar la actualización de la normatividad de calidad del aire que existe en el país, que incluye desde la tecnología más moderna de los vehículos que están en circulación –con rezago de más de una década– hasta cambiar el enfoque de medir las emisiones contaminantes para que se cuantifique el total que se lanza a la atmósfera, con lo cual carros hasta de ocho años de antigüedad podrían dejar de transitar.

Sostuvo que en Europa y Estados Unidos se eliminó el uso de combustibles de alto contenido de azufre, que en México se siguen utilizando. Cuando Pemex no pudo cumplir con la normatividad correspondiente, la norma 086, se condenó al país a la obsolescencia tecnológica vehicular, señaló.

Fernández apuntó que en la verificación hay que generar nueva normatividad para contar con niveles más estrictos y diferenciados aplicados a vehículos de diversas edades y tecnología, pues la norma actual es laxa. La medición de los contaminantes, dijo, debe considerar la concentración de partes por millón y no el volumen, lo cual tiene que cambiar, ya que un vehículo de cuatro cilindros emite menos contaminación que uno de ocho.

Si se hacen los cambios adecuados a la verificación, si se moderniza, se hace correctamente y se asegura que no haya corrupción, se podrá limpiar la atmósfera, indicó.