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La universidad europea analizó fragmentos óseos

El subprocurador Betanzos llega de Innsbruck con el resultado del peritaje
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de abril de 2016, p. 10

Este miércoles regresa de Innsbruck, Austria, el subprocurador de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República (PGR), Eber Omar Betanzos Torres, y con él los resultados de los más recientes peritajes realizados a fragmentos de huesos localizados en el río Cocula y que están relacionados con la investigación del caso Iguala.

Después de más de tres meses de investigación, el funcionario recogerá los resultados obtenidos por los investigadores de la universidad europea, con los cuales se pretendía identificar si en estas nuevas muestras había fragmentos que correspondieran a estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa que están desaparecidos desde septiembre de 2014, revelaron mandos del Ministerio Público Federal.

De acuerdo con la información obtenida, Betanzos recibirá un sobre con los resultados y éstos se conocerán de manera conjunta durante un encuentro de funcionarios de la PGR, del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes y del Equipo Argentino de Antropología Forense.

Desde 2014, la PGR ha enviado a la Universidad Innsbruck parte de los más de 60 mil fragmentos de huesos localizados dentro de bolsas de plástico que se localizaron en el río Cocula, y de ellos se logró identificar muestras que correspondían a los normalistas Alexander Mora Venancio y Jhosivani Guerrero.

La Universidad Innsbruck ha practicado tres técnicas distintas de análisis genéticos: ADN nuclear, ADN mitocondrial y de secuencia paralela masiva, y se ha obtenido como resultado del análisis que más de 30 restos dieran positivo dos de ellos.

El 26 de septiembre de 2014, 43 alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron privados de su libertad por policías municipales de Iguala y Cocula, y posteriormente entregados a integrantes del cártel Guerreros Unidos; según las investigaciones de la PGR, habrían sido trasladados al basurero de Cocula y tras ser privados de la vida los habrían incinerado y posteriormente sus restos fueron arrojados al río San Juan.