Artempatía reúne la labor del artista con hijos de policías muertos en cumplimiento del deber
Desde 2011 realiza talleres con esos pequeños niños héroes
a los que hay que atender, o crecerán con un gran resentimiento, considera
Hoy da a conocer el libro en el Museo Soumaya
En los talleres los niños hacen un clic cuando les decimos que su papá es héroe. Luego les explico que todos vamos a morir, presento la idea de que todos somos polvo de estrellas y les explico que su padre se vuelve ángel guardián, explicó el artista visualFoto tomada del libro Artempatía
Lunes 11 de abril de 2016, p. 8
En México no se reconoce a los héroes. No se reconoce a las personas que dan su vida por el bienestar de la sociedad. Esta fue la enseñanza que recibió el artista visual Emiliano Gironella Parra (Ciudad de México, 1972) al trabajar con niños huérfanos, cuyos padres fueron policías federales fallecidos en cumplimento de su deber. Cayó en cuenta, además, de que estos pequeñines también eran héroes.
La experiencia de impartir talleres de pintura a modo de ejercicio, donde pasan un duelo conjunto
, más el trabajo artístico que Gironella Parra ha hecho desde hace casi una década para denunciar la violencia en México, su conexión con las drogas y los efectos del narcotráfico, se reúnen en el libro Artempatía (Conaculta/Manos Manchadas de Pintura AC, 2015).
El volumen, realizado en conjunto con el crítico de arte Pablo J. Rico, responsable de todos los textos, será presentado por Renato Sales Heredia y Alejandra Frausto Guerrero, hoy a las 18:30 horas en el Museo Soumaya, Plaza Carso.
En 2011 el entrevistado presentó por vez primera su trabajo sobre la violencia con el nombre de México al filo, exposición montada en el Espacio Cultural de la Universidad Iberoamericana. La primera vez que trabajó con niños fue con indígenas, en 1993. Desde hace 12 años lo ha hecho de forma cotidiana con pequeños en alta vulnerabilidad. En 2013 creó la fundación Manos Manchadas de Pintura.
Para Gironella Parra, este es el tipo de proyectos en los que hay que romper paradigmas y dogmas, y tratar de hacer un frente común contra la violencia. Alguna vez, en un acto de índole social, el artista preguntó a un alto funcionario de la entonces Secretaría de Seguridad Pública qué hacían con los niños. Ya que no hubo una respuesta clara, en 2011 hizo su primer taller, cuyos asistentes me cambiaron la visión, porque me di cuenta de que eran niños héroes. Dije, es un tema al que hay que entrarle. Si no nos ponemos del lado de las personas que nos protegen, no va a cambiar el problema de seguridad
.
Posteriormente, a Manuel Mondragón le gustó el proyecto y se hizo un segundo taller. Ahora, Renato Sales Heredia, Comisionado Nacional de Seguridad, se interesó en apoyar este proyecto, que tiene su parte de denuncia; sin embargo, al entrevistado lo que más le interesa es la reconciliación y la cicatrización de la sociedad con la policía
porque la primera no ve al segundo como víctima
.
El ejercicio de duelo conjunto
que es el taller consiste en crear una obra colectiva y así tratar de cambiar a la sociedad. En el taller hay una cuentacuentos que a los niños les contaba historias de héroes, alguien que da la vida o que protege a otra persona: “Los niños hacen un clic cuando les decimos que su papá es héroe y después les pedimos su definición. Luego les explico que todos nos vamos a morir; entonces, también presento la idea del cosmos, que todos somos polvo de estrellas. Pinto estos cosmos con los niños, a veces agrego una pluma de ave y les explico que es su padre que se vuelve ángel guardián.
También hay que entender que estos niños van a crecer con un gran resentimiento si no los apoyamos en este momento traumático, que es la pérdida de su padre en forma tan violenta.
A los talleres han llegado desde recién nacidos, en brazos de su madre viuda, hasta adolescentes de 14 y 15 años. Como son traídos de diferentes partes del país, no se conocen entre sí.
Artempatía trae, además, un vistazo a una nueva veta del trabajo de Gironella Parra: el proyecto Cicatrices, de policías con lesiones permanentes, para que ellos digan lo que significa ser policía en este país, donde nadie los reconoce, donde son mirados con desprecio mientras ponen su físico, su integridad, su vocación, porque existen personas que sí quieren ser policías
.
Cicatrices surge de la idea del milagrito, esas piernas u ojos que en México ponemos a un santo para que cicatrice, para que cure. Quiero que por medio de estas heridas la sociedad vea que los policías son personas que nos defienden, y que (es necesario que) se cure esta gran herida abierta que hay de desprecio, a veces mutuo
.
El Museo Soumaya, Plaza Carso, se ubica en Miguel de Cervantes Saavedra, con Presa Falcón, colonia Ampliación Granada.