Titulares de órganos autónomos de esta capital se manifestaron ayer en favor de que su presupuesto no se disminuya ni sea sujeto de recortes, sino que, por el contrario, se establezca una base mínima de recursos anuales, lo que ayudaría a evitar que los partidos y actores políticos pretendan condicionar el monto de gasto que les autorizan.

Así quedó de manifiesto durante el foro Los órganos autónomos en la Constitución de la Ciudad de México, organizado por el Tribunal Electoral de esta capital (TEDF), y en el que participaron los representantes del Instituto Electoral local (IEDF), la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, el Instituto de Acceso a la Información Pública y de la Auditoría Superior de la Ciudad de México, entre otros.

En ese acto, el titular del TEDF, Armando Hernández, manifestó que uno de los puntos más importantes a tomar en cuenta para la definición de los contenidos de la constitución local es la cuestión del financiamiento a los órganos autónomos, por lo que propuso que los recursos que soliciten estas instituciones a la Asamblea Legislativa no puedan disminuirse, y en su lugar se determinen mecanismos que destierren cualquier pretensión de condicionar esos dineros públicos.

“Es probable que un partido o actor político –señaló– no se encuentre conforme ante una decisión en materia de derechos humanos, electoral o de transparencia, y ello pueda ocasionar que se condicione el presupuesto de los órganos encargados de atender estas materias.”

Para el presidente del IEDF, Mario Velázquez, los órganos autónomos no pueden estar sujetos a una negociación presupuestal que los lleve, en muchos sentidos, a abandonar proyectos que van en beneficio de sus funciones y atribuciones.

Sobre el mismo punto, el consejero del IEDF Carlos González planteó que en materia de presupuesto éstos tengan independencia y autonomía financiera.

Incluso, en dicho foro los titulares de órganos autónomos se manifestaron en favor de la adición de un título específico en la constitución de la Ciudad de México, que a su vez se divida en ocho capítulos, cada uno dedicado a un órgano autónomo.