Las operaciones cesáreas se realizan bajo indicaciones clínicas precisas y no deberían representar más de 15 por ciento de los partos, pero en algunos lugares de México esta práctica rebasa 50 por ciento y en otros es todavía mayor, admitió ayer el secretario de Salud, José Narro Robles. Se trata de una cirugía mayor con riesgos de complicaciones graves, por lo que está entre los asuntos prioritarios de atención, indicó.

El funcionario inauguró ayer la 31 Reunión Anual de Medicina Perinatal del Instituto Nacional de Perinatología (Inper), donde en 2015 se redujo 20 por ciento la cantidad de cesáreas. Narro señaló que se retomará esta experiencia para llevarla a otros hospitales del país.

Jorge Cardona Pérez, director del Inper, explicó que en esta institución son atendidas mujeres con embarazos de alto riesgo por diversas causas, por lo que la cantidad de intervenciones quirúrgicas para el nacimiento de los bebés podría ser una práctica común. Y aunque el año pasado se efectuaron mil 300 de estos procedimientos, pudieron evitarse 820 y darse los alumbramientos por vía vaginal.

Narro Robles reconoció el trabajo del Inper y comentó que se buscará reproducir en la República esa experiencia y la de otras instituciones de salud, a fin de que pronto se logre disminuir la cantidad de cesáreas.

Dijo que el trabajo se debe centrar en el personal médico, para que proporcionen información clara y concreta a la embarazada y le adviertan sobre los riesgos de las intervenciones quirúrgicas, así como sobre las ventajas de practicar un parto natural.

En entrevista por separado, Cardona Pérez comentó que en el Inper se lleva el control de los embarazos en pacientes con diversos factores de riesgo, como obesidad, diabetes e hipertensión arterial. Explicó que se logró bajar el número de operaciones a partir de un enfoque en el concepto de riesgo reproductivo, lo cual significa que los médicos tomen en cuenta si la futura mamá es adolescente o una mujer mayor de 35 años. En ambos casos la edad es un factor que condiciona la cesárea.

Durante años, especialistas han señalado que la gran cantidad de cesáreas para los alumbramientos en servicios públicos de salud se debe a la elevada demanda de atención en los hospitales.

Señalan que la necesidad de acelerar la atención de las parturientas los lleva, en ocasiones, a practicar la intervención. Cardona consideró que esa no es una justificación aceptable, ni lo es que las mujeres tengan obesidad. La decisión depende de cada caso y su condición de riesgo, por lo que es indicada si se detecta sufrimiento fetal, enfermedad de la madre y en algunos casos de preclampsia.