Los competidores nacionales deben prepararse bien, tener un compromiso con ellos mismos, pero sobre todo creérsela cuando compitan contra los mejores del mundo y no dejarse caer, porque en ese momento es cuando todo se les derrumba, consideró Francisco Olivares, entrenador del saltador Luis Alberto Rivera y del velocista José Carlos Herrera, este último ya calificado a Río 2016.

Seguro de que podría escribir una nueva página en la historia del atletismo mexicano al llevar a los Juegos Olímpico a Luis Alberto –su hermano Édgar Alejandro ya tiene el pase en salto de altura, con quien trabajó antes de que se concentrara en el centro especializado de la IAAF en Colonia, Alemania–, para que ambos vayan a la justa deportiva no sólo a participar, sino a que busquen hacer diferencia.

El experimentado preparador comentó que con Luis Alberto afina detalles, como el despegue y las caídas, porque al ser una prueba complicada, que exige total atención en cada etapa, debe lograr la exactitud a cada paso para alcanzar la máxima distancia.

“Las lesiones que ha sufrido (Luis), lejos de ser un obstáculo, nos han servido para mejorar, detonar sus fortalezas y agudizar sus capacidades, sumadas a la experiencia que tuvo en los anteriores Juegos Olímpicos. Ahora hay un deportista con muchas ganas de triunfar, pero lo más importante es que cree que puede contra los mejores del orbe, dijo el entrenador.

De allí que espera en dos o tres competencias máximo dar la marca (8.15 metros) exigida para estar en la cita brasileña.

La idea es llegar a Río con registros cercanos a los 8.70 metros, porque de acuerdo con los análisis de los especialistas, las medallas se ganarán con esas distancias. Es lo que le explico a Luis y es lo que quiere que lograr. Sabe que tiene el potencial y de trabajar al máximo por supuesto que lo lograremos, afirma categórico.