Antes de obtener un diagnóstico de cáncer, los pacientes visitan, en promedio, cuatro médicos que no piensan en algún tumor maligno, no lo mencionan y, menos aún, los canalizan con algún especialista. La cifra de consultas puede llegar a 20, en el caso de los niños. Esto explica, en parte, que al año se registren 80 mil muertes por esa enfermedad y que sólo 56 por ciento de menores de edad afectados por alguna neoplasia sigan vivos en los cinco años posteriores al tratamiento.

A escala global la sobrevivencia de infantes con cáncer es de 80 por ciento, afirmó Farina Arreguín, jefa de Oncología en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. En México ese nivel no es posible, porque los casos se detectan cuando el padecimiento ya está avanzado e incluso ha generado metástasis (cáncer en otra zona del cuerpo).

En la mayoría de afectados en todos los grupos de edad, los tumores se detectan en etapas tardías, cuando por falta de prevención y/o de un diagnóstico oportuno las posibilidades de curación se reducen de manera significativa, señalaron especialistas, integrantes de la Sociedad Mexicana de Oncología (Smeo).

A esto se agrega la carencia de oncólogos y que más de 60 por ciento de los existentes se encuentren en la ciudad de México. Horacio Rivera, presidente de la Smeo, comentó que esa agrupación cuenta con mil 254 afiliados y certificados por el Consejo Mexicano de Oncología. De ellos, la mayoría, casi mil, son cirujanos oncólogos y 266 oncólogos clínicos. Menos de 100 son especialistas en tumores ginecológicos y 64 oncólogos pediatras. Apenas en 2015 ingresaron a la sociedad 20 cirujanos de cáncer infantil, indicó.

Hace falta fortalecer la formación de recursos humanos desde las escuelas de medicina, pues 90 por ciento no tiene la materia de oncología en su currícula, indicó en conferencia de prensa para informar sobre la realización del primer Congreso de prevención y diagnóstico oportuno de cáncer, a efectuarse los días 12 y 13 de mayo en la Ciudad de México.

El estilo de vida saludable, con dieta baja en grasas y azúcares, ejercicio físico, no fumar ni tener un consumo nocivo de alcohol forma parte de las medidas de prevención, pero en los hospitales lo que también se observa es la carencia del diagnóstico temprano, señaló Rivera.

Los especialistas advirtieron sobre la importancia de dar a los médicos de primer contacto las herramientas para que identifiquen los síntomas de un probable tumor maligno en sus pacientes. Esa es la finalidad del congreso, indicaron.