Deuda pública en las nubes
De Fox a EPN se cuadruplicó
Mancera y Pacchiano a coro
l gobierno peñanietista cerró el primer trimestre de 2016 con otro récord en su haber: el último día de marzo pasado el saldo de la deuda pública alcanzó un nivel cercano a 9 billones de pesos, monto 50 por ciento mayor al que recibió de la banda calderonista poco más de tres años atrás. Así, las presuntas autoridades han endeudado hasta la coronilla a los mexicanos y muestra de ello es que sólo en los últimos tres lustros (de Fox a EPN) dicho saldo se multiplicó por cuatro y el débito por habitante lo hizo por siete.
Se supone que el gobierno se endeuda para invertir los dineros en algo que genere valor agregado y bienestar para los mexicanos, pero la política de endeudamiento del gobierno federal ha sido exactamente al revés, pues el llamado servicio del débito (intereses, más comisiones y algo de capital) sólo le ha llenado los bolsillos a los prestamistas, quienes cada día piden más… y les dan.
En sus seis años de estancia en Los Pinos el inefable Felipe Calderón aumentó el débito público en poco más de 2 billones 755 mil millones de pesos, una barbaridad, pues. Eso fue en todo el sexenio de quien a los mexicanos prometió vivir mejor
, pero Enrique Peña Nieto lleva prisa, porque en apenas tres años (en la residencia oficial) superó el citado monto nominal del tal Jelipe. En la primera mitad de su mandato, EPN incrementó el saldo de la deuda pública en 2 billones 893 mil 380 millones, para cerrar marzo pasado en casi 9 billones de pesos.
Fresca la advertencia del Fondo Monetario Internacional, en el sentido de que es preocupante el aumento observado en el endeudamiento de México
, el más reciente informe de la Secretaría de Hacienda (sobre la Situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública, correspondiente al cierre del tercer trimestre de 2016) documenta que durante su estancia en Los Pinos EPN ha endeudado al país a razón de poco más de 100 millones de pesos por hora.
El balance resulta terrorífico, pues de diciembre de 2012 a marzo de 2016 el saldo de la deuda pública se incrementó 11.2 puntos porcentuales, hasta representar 47.6 por ciento del producto interno bruto mexicano. Y lo anterior se entiende al saber que en tal periodo ese débito aumentó a razón de un millón 675 mil pesos por minuto, o si se prefiere, a razón de 2 mil 411.15 millones por día.
La propia Secretaría de Hacienda explica que el concepto más amplio de la deuda pública
es el llamado saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público (SHRFSP), que incluye “todos los instrumentos de política pública que pudieran implicar endeudamiento a cargo del sector público. Se compone por: sector público presupuestario, IPAB (rescate bancario
antes conocido como Fobaproa), Programa de Apoyo a Deudores de la Banca, el Farac (rescate carretero
), banca de desarrollo, fondos de fomento y Pidiregas de la Comisión Federal de Electricidad” (el gobierno federal asumió los de Pemex en tiempos de Calderón).
Pues bien, tal saldo cerró marzo pasado en 8 billones 784 mil 226.2 millones de pesos, lo que representa un aumento en términos reales de 49.12 por ciento con respecto al monto heredado por Felipe Calderón, quien a su vez incrementó 88 por ciento el monto heredado por Vicente Fox.
En síntesis, del sexenio del ahora empresario mariguanero, pasando por el marido de Margarita, al cierre de marzo pasado, el citado saldo se multiplicó por cuatro (al pasar de 2.18 billones a 8.78 billones), mientras en igual lapso la economía nacional creció
a un ritmo anual promedio cercano a 2 por ciento, y el número de mexicanos en pobreza por ingreso en alrededor de un millón, también por año.
Pero pobres o no, los habitantes de este país han visto cómo gobiernos ineficientes y corruptos les aumentan la deuda: cuando Vicente Fox llegó a Los Pinos a cada mexicano le tocaba pagar –prorrateo de por medio– alrededor de 10 mil pesos, monto que al finalizar el sexenio del cambio
se había elevado a 29 mil y a 51 mil al concluir el gobierno de Felipe Calderón. Con Enrique Peña Nieto a la mitad del camino, a estas alturas la cifra supera los 73 mil pesos, y van por más.
En el informe de la Secretaría de Hacienda aparecen los cadáveres
que, en su momento, anteriores titulares de esa dependencia dieron por inhumados. Caso concreto es el Fobaproa, ahora con disfraz de borreguito del IPAB: los mexicanos acumulan dos décadas pagando y pagando multimillonarias cantidades por los platos rotos de los banqueros en la reprivatización salinista de 1991-1992, y al cierre de marzo pasado el saldo de la deuda de tal institución se aproxima a 877 mil millones de pesos, monto 26 por ciento superior al registrado en diciembre de 2001, es decir, 15 años atrás.
De igual forma aparece el rescate
carretero heredado por Ernesto Zedillo. Cuando Fox se instaló en Los Pinos la deuda por este concepto ascendía a 111 mil millones de pesos. En lugar de cobrárselos a los empresarios responsables de ese quebranto, el ahora mariguanero les regresó las concesiones carreteras, lo mismo que Calderón, y al finalizar el sexenio de éste el saldo superaba los 141 mil millones. Pero arribó Peña Nieto y al cierre de marzo pasado tal saldo superó los 185 mil millones. Y los mexicanos no han dejado de pagar, puntual y obligadamente, desde 1997.
Y como esos ejemplos mil más, pero el ministro del (d) año
asegura que no hay problema, que es manejable y que el FMI le cree a él y no a la realidad, y menos a las estadísticas de la propia dependencia a su cargo. Lo mejor del caso es que el hombre está feliz, porque los remanentes
del Banco de México, que deberían utilizarse para generar empleo y mayor valor a la economía, se destinan a pagar deuda. Celebra la SHCP que “167 mil millones de pesos (70 por ciento del remanente
) se destinarán a recomprar deuda existente y a disminuir el monto de colocación de (en ambos casos) deuda del gobierno federal durante 2016”.
Dicho remanente
alcanzaría para recomprar 1.9 por ciento de la deuda pública total, aunque de allí hay que descontar los costos de operación. Todo, para que el débito siga su carrera alcista. Hasta que todo reviente.
Las rebanadas del pastel
Como se las gastan, los cínicos funcionarios gubernamentales (locales y federales) no tardan en salir a decir que la contaminación es benéfica para la sana alimentación de los capitalinos, porque en la nata de mierda que respiran se ha detectado la presencia de más de 120 bacterias vivas
. ¡Pura proteína, conciudadanos! (Mancera y Pacchiano a coro).
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