Vanessa Zambotti está agradecida con la vida por lo obtenido en 16 años de carrera deportiva, la que espera cerrar en Río, en lo que serán sus cuartos Juegos Olímpicos, y promete hacerlo con mi mejor resultado para despedirse como la más grande judoca de México.

La chihuahuense de 34 años de edad también se muestra orgullosa de ser una deportista de alto rendimiento; comenzó en 2001 dejando su natal Parral para vivir en las Villas del Centro Deportivo Olímpico Mexicano y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte durante tres lustros, en los que saboreó triunfos y amargas derrotas con la selección de primera fuerza.

La triple medallista panamericana quiere vivir con emoción su última competencia cuatrienal. Reconoce que hay ciclos que deben cerrarse y el de ella terminará en agosto próximo, en el deporte que me permitió hacer lo que quería y me dio la satisfacción de llegar a cuatro justas olímpicas.

Su debut en Atenas 2004 no fue alentador. Sin embargo, cuatro años después, en Pekín, finalizó novena, hasta el momento su mejor resultado, ya que en Londres 2012, como lo acepta ella misma, me fue mal.

En combate de primera ronda que apenas duró 1.28 minutos fue eliminada por la china Tong Wen, campeona olímpica y mundial, y ver su llanto y rabia será una imagen que nunca olvidará Zambotti, porque además de la derrota debió soportar humillaciones y críticas de personas que se ensañaron en las redes sociales.

Esa mala experiencia estuvo a punto de asestarle la peor decisión de su vida. Pensó en el retiro, reflexionó y continuó, para llegar a la última y ahora sí el adiós.

“Representa años de trabajo, clasificaciones olímpicas, estar entre las 16 mejores. Soy un ser humano y uno se puede equivocar. Es doloroso ver esa imagen (la del combate), pero así es el deporte.

Asimilo las críticas constructivas, pero no las de quienes ven a través de un televisor comiendo botanas sin saber que un deportista de alto rendimiento se ha partido la madre para estar allí, en espera de una oportunidad, afirmó.