Viernes 20 de mayo de 2016, p. 21
Sendai, Japón. Japón afrontaba el jueves el desafío de tratar de reducir las diferencias crecientes sobre cómo reavivar el lento crecimiento de las principales economías, en una cumbre del Grupo de los 7 (G-7) que comenzó con un acto en el que los asistentes rompieron los sellos de barriles de sake. Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-7 países más industrializados participaban en una tradición local para comenzar celebraciones, que chocaba con la que podría ser una reunión dividida. El ministro japonés de Finanzas, Taro Aso, afirmó que las conversaciones, que comenzarán formalmente el viernes, se centrarán en política fiscal y monetaria, el sistema financiero internacional, un desarrollo sostenible y problemas como el lavado de dinero y la evasión fiscal. Las conversaciones culminarán con una declaración para los gobernantes del G-7, que prevén reunirse en Ise, en el centro del país, la semana próxima. Enfrentamos muchos retos en la economía global
, dijo el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda.