En 2010, la salida de empresas nacionales había reducido el número de vuelos: SCT
Crecimiento de la industria obliga a mantener el grado de congestionamiento, reconoce la dependencia
Volaris realiza el mayor número de despegues y aterrizajes, hasta 3 mil al mes
Martes 24 de mayo de 2016, p. 32
La saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) es evidente desde 1995, pero se agravó en el sexenio de Felipe Calderón, cuando admitió, en 2010, el traslado de las operaciones de aerolíneas de bajo costo de Toluca a la capital.
Además, la ausencia de sistemas de control y administración de los slots (horarios de aterrizajes y despegues de los aviones) permitió operaciones adicionales a las programadas, tanto de salida como de llegada, lo cual desordenaba el funcionamiento aeroportuario, pues provocaba demoras y afectaciones a los vuelos subsecuentes.
De acuerdo con el documento Acciones para reforzar la seguridad en el AICM, del cual tiene copia La Jornada, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) señala que el crecimiento de la industria ha obligado a mantener el nivel de saturación, circunstancia que ha provocado enorme molestia
entre los ciudadanos, por los sobrevuelos, cuya frecuencia es de uno por minuto.
El texto indica que la primera reducción en el aforo se dio en 2009, a partir de la emergencia sanitaria por la influenza A/H1N1 y la crisis económica; luego, en 2010, a causa de la salida de operaciones de siete empresas nacionales –entre ellas, aunque no las menciona, Mexicana de Aviación y sus filiales–, lo que posibilitó al AICM disminuir el grado de saturación, pero con la llegada de las aerolíneas de bajo costo, ese mismo año, el aeropuerto de la ciudad volvió a congestionarse.
La capacidad actual de la terminal aérea es de 61 operaciones por hora, con un máximo de 40 llegadas con separación de 4 millas náuticas sucesivas, pero enfrenta problemas de saturación, que es la causa principal de retraso en los vuelos. Las aerolíneas nacionales de bajo costo, como Volaris, realizan en promedio hasta 3 mil operaciones al mes. Le siguen VivaAerobús, con mil 300, y Magnicharters, con no más de 560.
Debido a las demoras, las quejas de los usuarios son persistentes. Algunos pasajeros entrevistados por separado en las terminales 1 y 2 protestaron porque los vuelos se retrasan más de una hora para trasladarse a la CDMX, y dijeron que las aerolíneas culpan al tráfico aéreo.
Para mitigar el problema, en la reciente administración federal, la SCT en coordinación con el AICM, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), implementaron las aproximaciones nocturnas (de 23 a 5 horas) desde Texcoco.
Además, desde hace un par de años restringieron las operaciones de aeronaves oficiales, permitiendo sólo las relacionadas con la seguridad nacional, a fin de priorizar la movilidad de un mayor número de pasajeros en vuelos comerciales.
Asimismo, en 2013 las autoridades pusieron en marcha los sistemas Planes de Vuelo de Salida con Slot Asignado (Plansa) y de Monitoreo, Administración y Regulación de Tránsito Aéreo (Smart), que vigilan y controlan que las operaciones comerciales no rebasen la capacidad máxima de 58 por hora, y tres para la aviación oficial, con el fin de que haya un flujo eficiente.