¿Cómo sería tener una remota idea de quiénes son The Beatles, o el hombre que luego se convertiría en Muhammad Ali?

Esas eran las circunstancias cuando Robert Lipsyte se encontró de frente con estas futuras leyendas hace más de 50 años, gracias a una casualidad y el genio de la publicidad.

El diario The New York Times había sacado a Lipsyte del departamento de reportajes para que viajara a Miami Beach y cubriera la pelea por el campeonato del peso completo entre Sonny Liston y el joven Cassius Clay. El fotógrafo apenas tenía una idea de quién era Clay, y sabía menos sobre los cantantes melenudos que aparecieron de la nada durante su visita.

Unos cuantos días antes el grupo británico había aparecido en el popular programa de televisión de Ed Sullivan. Ese día la banda de Liverpool subía las escaleras del gimnasio donde entrenaba Clay y Lipsyte estaba presente contra su voluntad.

Eran unos muchachos melenudos y todos vestían chalecos blancos. Estaban gritando y maldiciendo porque les habían dicho que Clay no había llegado y querían irse. Pero los de seguridad los empujaron por los escalones, relató Lipsyte.

De repente, él estaba en un camerino con The Beatles, quienes no estaban contentos. Antes habían ido al entrenamiento de Liston, pero el pugilista se negó a posar para fotos.

Lipsyte se presentó y les pidió un pronóstico para la pelea. Todos esperaron unos 10 o 15 minutos para que llegara Clay y los cantantes no dejaron de quejarse.

“De repente la puerta se abrió y ahí estaba él. Era el espécimen más precioso que jamás haya visto. Parecía que brillaba, y se estaba riendo, y dijo: ‘Vamos, Beatles, vamos a ganar dinero’”.

Y así fue. En fotos que ahora son icónicas Clay aparece noqueando al grupo británico como dominós y parado con los músicos tirados en la lona.

Luego del entrenamiento, Clay se fue al camerino para un masaje y Lipsyte lo acompañó. Luego le hizo una pregunta: ¿Quiénes eran esos mariquitas?