La disputa por la presidencia del Sitio 300 de taxis, que opera en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) desde 1977, llegó a los golpes el 19 de mayo. Miguel Ángel Romero Mohar, quien dirige la agrupación y es reconocido por las autoridades aeroportuarias, señaló que el grupo de choque de Pedro Ortiz Sosa, autonombrado líder legítimo, violó cerraduras para entrar a las instalaciones y desalojar a la representación legal.

“Estoy totalmente de acuerdo en que el presidente Enrique Peña Nieto y los titulares de las secretarías de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, y de la Función Pública, Virgilio Andrade, intervengan en el conflicto que hay en el gremio. Tenemos todos los documentos en regla.

En 2014 se hizo una auditoría a Ortiz por el desvío de más de 890 mil pesos, cuando estaba al frente del taller mecánico del Sitio 300, por lo cual se le suspendió seis años, y en la asamblea del sábado pasado se votó para expulsarlo.

Romero Mohar, quien termina su encargo en octubre de 2017, posee fotos y videos de la gresca (La Jornada cuenta con duplicados). Debido al conflicto, señaló, el juez decimocuarto de lo civil, Francisco René Ramírez Rodríguez, resolvió el 20 de mayo entregar la dirección y administración de la asociación civil Taxistas Agremiados para el Servicio de Transportación Terrestre Sitio 300 a María Eugenia Reyes Rangel.

Romero Mohar indicó que hace unos días Reyes Rangel envió un oficio a las autoridades del AICM para colocar en la dirección a personal de Pedro Ortiz, violando los estatutos de la agrupación. Además, ayer varios choferes protestaron en demanda de pagos atrasados. El día de la agresión Pedro Ortiz sangraba por una herida, pero tomó un palo que le dio un policía federal y lo llenó de sangre para engañar con que le dieron una paliza. En conferencia de prensa, Ortiz Sosa aseguró el fin de semana ser el presidente legítimo del Sitio 300, pero las autoridades aeroportuarias señalaron en un oficio, que data del 4 de mayo de 2015, que no existen elementos suficientes que acrediten su personalidad como integrante del consejo directivo, ya que la asamblea en la que se le nombró presidente carece de las formalidades a que se refieren los artículos 11, 12, 18 inciso d, 19, 39, 40 y 41 de los estatutos que rigen la vida interna de la agrupación.