Padres de familia de la comunidad chontal Tamulté de las Sabanas, municipio de Centro, Tabasco, fueron desalojados violentamente por policías antimotines cuando bloqueaban la carretera Villahermosa-Frontera en apoyo a la exigencia magisterial de discutir la reforma educativa con el gobierno federal, demanda a la que se sumaron ayer pobladores de Chiapas, Guerrero y Oaxaca.

En el enfrentamiento hubo 25 heridos, según los manifestantes, y cinco, de acuerdo con las autoridades, así como 10 reporteros retenidos por los inconformes, quienes fueron liberados por la noche y llevados a la Fiscalía General del Estado. Durante la trifulca hubo siete detenidos, pero de inmediato fueron liberados a fin de evitar que se tensara aún más el ambiente, reportó el gobierno del estado.

Julio Francisco Mendoza González, de la dirección política estatal y nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), señaló a La Jornada que es totalmente falso que ellos tengan retenidos a reporteros. Lo que pasó es que los representantes de los medios “se pusieron prepotentes, groseros y la gente les dio su tatequieto. Los iban a amarrar, pero salieron corriendo. Ni los retuvieron ni los ataron ni están secuestrados, eso es falso”.

Aseguró que la represión de la policía fue brutal. Nos tiraron gas lacrimógeno y resultaron heridas 40 personas, (entre) mujeres, niños, padres de familia y una embarazada. Anunció nuevas acciones para este sábado.

El inicio

La trifulca se inició después de las ocho de la mañana en el kilómetro 26+800, cuando los policías trataron de replegar con gas lacrimógeno a los manifestantes, quienes respondieron lanzando palos, piedras y bombas molotov. A decir de los pobladores, los uniformados también dispararon balas de goma contra el contingente.

Fernando Vázquez Rosas, vocero de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), sostuvo que la dependencia sólo realizó acciones disuasivas para garantizar el libre tránsito en la vía y que fueron los pobladores quienes agredieron a los policías, los cuales nunca dispararon balas de goma.

Tras el ataque de los granaderos, en los cuales varios habitantes resultaron descalabrados y con heridas en la cabeza y cuerpos, la población indígena condenó la represión y se reagrupó para continuar las protestas. Al cierre de esta edición permanecían tres bloqueos en la carretera Villahermosa-Frontera, uno cerca de la Villa Ocuiltzapotlán, otro en la comunidad San José y uno más en Jalapita.

En Chiapas, durante la megamarcha realizada en Tuxtla Gutiérrez como parte de las actividades para recordar la matanza de estudiantes del 10 de junio de 1971, observamos sobrevuelos de aviones y helicópteros sobre el contingente, lo que significa que el gobierno prepara una nueva ofensiva, advirtió Manuel Mendoza, secretario general suplente de la sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Según Mendoza, en la movilización participaron cerca de 200 mil personas; fue todo un éxito. Comentó que en otros municipios también se llevaron a cabo acciones de apoyo al movimiento magisterial.

En Chilpancingo, miles de docentes, padres de familia y activistas marcharon en apoyo a la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero.

Los contingentes partieron de una tienda departamental después de las 11 de la mañana. Se dirigieron a la Autopista del Sol México-Acapulco y durante más de dos horas avanzaron de norte a sur hasta llegar al Parador del Marqués, donde se llevó a cabo un mitin.

Integrantes de la sección 22 de la CNTE mantuvieron tomadas por tercer día consecutivo las instalaciones del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, retuvieron unidades del servicio público y de una empresa refresquera y se apoderaron de los centros comerciales Oaxaca, Del Valle y la Macroplaza, donde impidieron las actividades de las empresas Fábricas de Francia, Coppel y Soriana, entre otras. La toma de las plazas culminó después de las 17 horas, pero se mantiene la de las oficinas.