Reina de carnaval es una puesta en escena que muestra un diálogo festivo entre una muerta y una mujer que se dedica a preparar a los que se han adelantado.

Es un montaje de humor negro con tintes rosas, define el novel director de la obra Rafael Silguero.

La historia, escrita por Édgar Muñiz, se representa los sábados en el Foro Luis Vázquez en el Centro Cultural de la Diversidad, pequeño y acogedor espacio teatral en la colonia Roma, donde las actrices Sandra Ponce y Mariana Acosta personifican una charla metafísica.

En pleno carnaval de Veracruz, Eustolia (Ponce), una jarocha mal hablada embellece, comprende, maldice y hasta ama a los muertos. Junto con su cadáver en turno, reflexiona sobre la muerte y la vida. Hablan del fin de la existencia, de qué pasaría si la gente dejara de vivir en un contexto de fiesta y algarabía, afirma Muñiz, quien creó esta historia a partir de una anécdota sobre una reina catatónica que daban por muerta antes de ser coronada.

La difunta es Magdalena, una adolescente que sólo logra ser investida con una corona fúnebre.

La historia se desarrolla en una agencia mortuoria del puerto, donde se unen la mal hablada Eustolia, quien tiene el sueño de morirse, y Magdalena, quien no acepta dejar de vivir.

Proponemos una muerta más viva y una viva más muerta, señala Silguero, quien comenta a La Jornada que el tema no es la muerte, sino cómo llegamos hasta ahí; cómo nos preparamos, cómo llevamos esta vida para llegar al final.

No te ilusiones tanto...

Asegura que esta ironía, que dice que la muerta ha hecho lo que ha deseado, es sólo una forma de decirnos: no te ilusiones tanto con la vida, no la tomes tan en serio.

Para la actriz Mariana Acosta, quien ha hecho teatro musical en Cuernavaca, algunos comerciales y un par de películas, “cuando te mueres, simplemente dejas de existir... No hay más. Quizá haya un reset y vuelva a empezar todo, pero jamás serás consciente de eso. No creo en un lugar donde estén los espíritus de todos. Por eso uno debe vivir al ciento por ciento lo que tienes, porque sólo posees esto, no hay más”.

En la charla con este medio, Acosta da voz a Magdalena, quien en realidad no pensaba en morir, fantaseaba con su muerte. Está negada a irse, porque estaba cerca de conseguir su objetivo de vida: coronarse reina de un carnaval. La decepción que tiene la hace querer regresar, terminar y disfrutar lo que no pudo.

La actriz revela que llegó a esta puesta por casualidad: asistía la dirección y un día la actriz ya no llegó, así que levanté la mano y ahí estoy, aprovechando esta oportunidad que es de un aprendizaje tremendo.

El director señala que “montar Reina de carnaval es un gran reto, porque es una obra probada en tres temporadas. Busco ser fiel a las palabras del autor: ‘la vida es tan breve que no puedes tomártela en serio’”.

Sandra Ponce afirma: La muerte es todo, porque nacemos para morir. La vida es una preparación nada más. Muchos le temen, pero es algo natural. El mayor aprendizaje.

Defiende a su personaje Eustolia: A la muerte la ve de modo natural, porque es algo con lo que tiene contacto todos los días. Vive de los que se adelantan. En el fondo tiene ese deseo de llegar a ese momento por eso, el respeto que tiene a la muerte es grande.

A su vez, el director considera que es un texto que muestra un punto de vista festivo y alegre. Me siento muy emocionado de estar bajo el cobijo, en la producción, de Raúl Magaña y Mireya Vega.

Para Mireya Vega, editora y promotora cultural, el dramaturgo retrata de forma divertida una realidad que nadie puede evitar. Es una propuesta que no se queda en la anécdota.

Reina del carnaval se escenificará dos sábados más en el citado lugar.

El Centro Cultural de la Diversidad se localiza en Colima 267, colonia Roma Norte. Informes: www.diversidad.mx o al Facebook Reinadecarnaval.